Mil tormentas

Capítulo 38

– Yo creo que deberías decírselo

Deje lo que estaba haciendo y tome asiento frente a él

– No lo haré – Él jamás lo sabría – Y tú tampoco

– Pero Caro... – Insistió

Me gire en la silla y me mire en el espejo. Rugge había llegado a mi camerino después de que terminara de grabar con Karol, estaba tratando de convencerme de contarle todo a Agus, quería que lo encarara y le dijera lo que me pasaba con él, pero yo no planeaba hacerlo

– Quizá él sienta lo mismo

– Quiere a Valu – Empecé a cepillar mi cabello

– Pero tal vez, si tu...

– Basta Rugge – Lo interrumpí – No pienso seguir con esta discusión

Me puse de pie y comencé a arreglar la mochila de Nina

– Agus tendrá su oportunidad con Valu y yo me mantendré al margen

– ¿Ni siquiera lo intentarás?

– No hay nada que intentar, ¿no lo ves? – Sentí como mis ojos se humedecían – Él va a seguir con su plan y yo... seguiré callando, quizá con el tiempo pueda olvidarlo

– ¿Y qué sino? – Insistió – ¿Vas a alejarte sin intentar hablar con él?

– Los sentimientos son algo que no se puede manipular – Me miro sin comprender – Sino me quiere, nunca me querrá

– Caro...

– Prométeme que no se lo dirás

– Es mi amigo y creo que merece saberlo

– Rugge, por favor – Insistí – Prométeme que no lo harás. Agus no debe saberlo

Si él se llegaba a enterar de mis sentimientos, lo más probable es que se alejara de mí y comenzara a evitarme, sé que ahora no estamos muy juntos que digamos, pero si él comenzaba a evitarme me sentiría muy mal, simplemente no podía enterarse, eso era lo mejor. Al final nada de esto importaría porque él estaría con Valu, la chica de sus sueños

– ¿Qué es lo que no debo saber?

Rugge y yo volteamos hacia la puerta sorprendidos, Agus estaba escuchándonos. Mis manos se pusieron frías y mis nervios no dejaban de especular cuánto había escuchado de nuestra conversación

– ¿Qué haces aquí? – Trate de desviar el tema – ¿Por qué no tocaste la puerta?

– No evadas mi pregunta – Camino hacía mi – ¿Qué escondes Carolina?

Evadí su mirada y me alejé un poco, necesitaba pensar en alguna mentira para salir de esto, pero no se me ocurría nada

– Será mejor que me vaya

– ¡No! – Tome a Rugge del brazo

Sabía que si me quedaba a solas con él sería mi perdición, por eso lo había evitado últimamente, era consciente de que tenía un gran poder persuasivo sobre mí, así que no iba a quedarme a solas con él

– Caro...

– Por favor – Lo mire suplicándole en silencio que se quedara – No te vayas

Agus puso los ojos en blanco, se acercó a nosotros y ayudo a Rugge a salir

– ¿Qué haces? – Pregunte molesta acercándome a la puerta

Intente salir de ahí, pero él me cerro el paso