Capítulo 17

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¿En qué momento había perdido el control de su vida?

¿Desde cuándo estaba tan pendiente de alguien?

Hermione no lo sabía, o quizá, hasta ese momento caía en cuenta de que nada estaba bien. Contrario a lo que pensaban, la perfecta sabelotodo al menos una vez del año, en compañía de sus amigos, se aventuraba en algo peligroso... sin desearlo y esperarlo, por supuesto. Pero sucedía, era como una terrible tradición y maldición desde que Harry era su amigo.

Si pudiera elegir el peor, pero a la vez el más memorable año, la castaña elegiría su cuarto grado sin dudar. Nunca fue lo imagino, no fue lo que esperaba y está por demás decir que jamás pensó que terminaría así.

La tristeza y oscuridad envolvían cada rincón del castillo.

Hermione se mantuvo en silencio mientras caminaba junto a sus amigos, era sencillo recordar el verano, cuando entre risas y emoción acompaño a los Weasley a la copa mundial de Quidditch. Ahí, junto a su padre, Cedric logro cautivarla por algunos momentos. Era un joven apuesto y simpático, con un gran futuro por delante, nadie imagino que tras entrar en aquel laberinto ya no saldría con vida. El grito desgarrador de su padre aun persistía en su mente.

Harry se detuvo abruptamente y rápidamente murmuro algo, Ron y ella lo vieron alejarse sin tener el valor de detenerlo o cuestionarle.

— ¿Regresamos a la sala común? — Pregunto el pelirrojo, sin levantar su mirada del suelo.

Hermione sacudió su cabeza negativamente.

— Caminare. Necesito... yo quisiera...

— Esta bien, — interrumpió el chico observándola. — solo por favor no regreses tarde.

La castaña continuo caminando sin destino alguno, tan perdida en sus pensamientos estaba que era ajena a la presencia que se habia unido a ella.

Voldemort había regresado. Eso era lo único que podía pensar. Ya no se trataba de algún seguidor loco lanzando la marca al cielo, sino él mismo tratando de terminar lo que hace años dejó inconcluso. Pansy observo a su alrededor tratando de ignorar la tensión en el aire, ¿desde cuándo desconfiaba de sus amigos?

Millicent y Daphne yacían sentadas sin hablar, observando hacia la nada. Mientras que Draco y su sequito no estaba por ningún lado. Ojala hubiera comprendido a lo que su padre se refería, a lo que pregonaba con emoción semanas atrás. Diggori no fue su amigo, nunca intercambio una palabra con él, pero lo que ellos hicieron... provoco una nueva oleada de nauseas en su estómago.

Silencio. Paz. Libertad.

Era lo necesitaba, pero por el momento se conformaba con alejarse de ahí.

La ojiverde camino a través del castillo, luchando contra la sensación incomoda en su estómago y ojos. "Necesitas ser fuerte..." Recordó con un escalofrió, la suave voz de su madre. Tras varios minutos sentada en el marco de aquella ventana, Pansy decidió seguirla a una distancia considerable.

Habían pasado meses desde la última vez que hablaron o intercambiaron algún tipo de comunicación. Hermione logro comprender que todo entre ellas había terminado; según Buldstrode le había costado mucho aceptarlo, y Pansy conservaba bajo llave las más de treinta cartas que la castaña le había escrito. Contrario a lo que la chica pensaba, ella creía en todas y cada una de sus palabras, y por ello es que la ojiverde tenía que alejarla cuanto antes.

Hermione no merecía sufrir, al menos no por ella. Su pequeño romance, había sido solo una aventura fugaz que el tiempo tarde o temprano borraría de su memoria. Pansy no merecía ninguna lágrima, carta u oportunidad; lo había decidido y nadie podría hacerla cambiar de opinión.

Round & RoundWhere stories live. Discover now