Capítulo 18

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- Pídeme lo que quieras. - Él colocó sus manos en la cintura de Mara. - Será tuyo.

La bruja de la fuerza bacilo una momento.

- Un planeta.

- Espera, un segundo. - Armitage retiró sus manos de dónde estaban sólo para apoyarse de sus codos así poder sentarse. - Así que un planeta. - Eso le extraño al Líder Supremo.

La mujer de cabello negro como el frío espacio estaba sentada en su regazo dijo :

- Si. - Ella arrastraba su nariz por la piel del pelirrojo, dejando un beso apasionado en el cuello que de seguro dejaría marca al retirarse para ver la cara su amante.

- Solo eso... - Armitage rió ronco posteriormente sonrió de una manera que desarmaría a cualquier mujer, incluyendo a la ex caballero. - ¿ Qué planeta quieres?.

Le preguntó mientras le retiraba el cabello de la cara a Mara. Eso ojos miel sangre directos puesto en él, lo volvía loco, ella tenía algo que era adictivo. El problema es si Hux estaba dispuesto a pagar el precio para seguir probando esa droga.

- Mustafar. - Soltó finalmente la mujer.

- Mustafar. - Dijo impresionado por el planeta. - mm... No prefieres Ruusan, Jedha o otro que no sea ese montón de lava y piedras.

- No, solo quiero Mustafar.

- Bueno entonces Mistafar sera tuyo como tu eres mí. - Habló esto último antes besarla.

El pelirrojo volvió a tomar el control pues dio vuelta dejando a ella debajo suyo, quitó la sábana de blanca seda que le impedía seguir con sus actividades placenteras. La volvió a embestir con la misma intensidad y salvajismo que las veces anteriores. Para Armitage escucharla gritar su nombre, gemir, que le enterrara las uñas en la piel de la espalda lo motivaba a dar más fuertes sus embestidas. Quería que le quedará claro que ella era de él. Tal vez el deseó más reprimido y humano que a sentido en mucho tiempo.

Mara es la fuerza de la devastación en su máxima expresión en cambio Armitage es eso que controla esa devastación andante o al menos eso es lo que piensa el Líder Supremo.

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Infinitor

Entrar al hangar fue fácil, su mentira fue creíble. En menos de lo que pensaban. Rey, Freya y Fearth junto con unos Stormtroopers que los escoltaban a una celda caminaban por un pasillo. Él albino le regaló una sonrisa cómplice a su pareja. Esa era la señal para iniciar su plan, Freya empezó hacer una mueca de dolor seguido de unos quejidos para que su actuación fuera más creíble inició a cojear.

- ¡Ah!, ¡ pierna!. - Dijo la híbrida en un quejido de agonía.

Fearth poniendo cara de preocupación, mas que claro parte de su engañó.

- ¿Estas bien?, Alizah. - preguntó el ya antes mencionado.

Alizah era el nombre una traficante de especias del sol negro; una híbrido de t. al igual que su impostora con la diferencia que su piel es moteada de rosa y tiene lekkus en lugar de cabello.

- Si cre... ¡auh!. - se volvió a la quejar la caballero. - Creo que me lastimé el tobillo cuando escapabamos de Evander y su tripulación.

- Ese, cabrón. - Dijo casí gritando Rey; al mencionar esas palabras todos incluidos los soldados de asalto voltearon su vista a ella. Fearth y Freya tenía cierta impresión es los ojos pues no se esperaban que la jedi tuviera ese tipo de vocabulario. - Que me ven. - La chica de Jakku, hizo una cara de pocos amigos. - Tal vez ustedes no tengan madre. - Dijo esto los troopers. - Pero ustedes nacieron de una mujer. - Fearth y Freya seguían incrédulos de como se comportaba la Jedi. - O es que ¿a caso son clones? - Habló con demasiado sarcasmo. - Porque hasta que yo sepa usted no son iguales, ni tampoco Vienen de Kamino. - Los caballeros estaban reprimiendo las ganas de reír porque de alguna manera ella les recordaban a su amigo. - ¡Que esperan!. - les exigió a los soldados. - ¡ Ayude la ¡

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