·15·

592 94 15
                                    

Mark se encontraba sentado sobre la isla de la cocina, balanceando sus pies en círculos mientras Hyuck y Jeno hablaban en el living.

Donghyuck le insistía al mayor que le contase sobre su muerte, pero éste se negaba. Le habían pedido a Mark que los deje solos para hablar mejor las cosas, pero ¿por qué a solas?

Los escuchaba murmurar, y se sentía fuera de lugar. Ellos ya se conocían, y por la forma en que Donghyuck lo miraba pudo descubrir que habían sido más que amigos. Pero Minhyung se obligaba a sí mismo a tragarse sus inseguridades, así que se puso a pensar en cosas triviales, ignorando lo que pasaba tras la puerta.

Tomó su celular y conectó los auriculares, escuchó algo de música, revisó sus mensajes, e intentó inútilmente alejar sus pensamientos por un rato.

No hace mucho se había dado cuenta de que Donghyuck era lo único en su mente. Tres meses en los que lo único en que podía pensar era en el pelirrojo y su hermosa sonrisa. 

Pero, ¿de qué servía? ellos no podían estar juntos, y eso ambos lo sabían, aunque les costara asimilarlo.

Por eso cuando Jeno llegó a su casa esa tarde, recordó que Hyuck tenía una vida antes. Donghyuck había vivido, mal, pero lo había hecho. Ahora ya no lo hacía, y él si.

Se aferraba a la idea de disfrutarlo mientras durara. Disfrutar del dulce tacto de los labios ajenos sobre los suyos, cálidos, suaves como el aleteo de una mariposa sobre ellos.

Aunque no durara. Se repetía a si mismo.

Pero es difícil dejar ir a alguien. Se había encariñado demasiado rápido y le había prometido que lo ayudaría a dejar de sufrir; sinónimo de que deberían alejarse, que ya no lo vería y que sería el fin de lo que sea que estaban teniendo.

Mark pasaba varias horas a la semana intentando descubrir como liberar el alma de un muerto. Había leído libros, páginas de internet relacionadas al ocultismo, rituales, hasta algunas sobre wicca y sus "conjuros". Pero había poco y nada. Todo lo que había podido encontrar se relacionaba a cómo invocar a un espíritu, no sobre cómo liberarlo. Y aún así no se rendía.

Todo era por él.

Sabía que merecía descansar en paz. Necesitaba que su alma se eleve al mundo de los muertos, o reencarne, o simplemente deje de estar aferrada a esa casa. Lo que sea estaba bien.

❊❈❊

Por otro lado, en la habitación contigua a Mark, se encontraban ambos jóvenes, mortal y fantasma discutiendo un punto en concreto: la muerte de uno de estos.

Donghyuck sabía que esta podría ser la unica oportunidad que tuviera de saber qué pasó con él, y no iba a desperdiciarla.

Pero en el caso de Jeno era algo distinto; no quería recordarlo. No quería contar en voz alta la forma en la que lo encontró, cómo lo vio tan frágil y destruido, tan destrozado que hasta en sus fríos ojos muertos aún quedaban lágrimas. El recuerdo lo seguía atormentado en las noches, y no lo dejaba dormir.

Pero Hyuck insistió.

—¡Tengo derecho a saber cómo terminé así!—gritaba en susurros, como si temiera que alguien lo escuchara pero al mismo tiempo quisiera sonar imponente.

—Entiende que es difícil para mi recordar todo eso, no fue una situación agradable.

—Por favor, hazlo. Por mi. —Donghyuck tomó su mano.

유령; ghost • markhyuckWhere stories live. Discover now