• Capítulo único •

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Kuroo Tetsurō.

—¡Bokuto Kotarō!

Desde el primer día lo supieron, estaban encantados de conocer a la persona frente a sus ojos. Apenas estaban en su primer año de preparatoria y, aunque no sea en las mismas, nunca pensaron en poder encontrar a alguien más intenso.

Se hicieron cercanos con cada partido de práctica; el voleibol originó una relación tan íntima, tan pura e inocente para sus edades. Cada vez que se encontraban parecía que su lazo se fortalecía.

En su segundo año, consideraron esa amistad como una bonita relación de confraternidad.

—¡Te estaré esperando en el próximo campeonato!

La pasión refulgía en sus ojos con cada encuentro, y ese fulgor aumentaba con susurros, toques indirectos, miradas cómplices y con celebraciones personales por cada logro.

Ya lo previeron. Antes de siquiera dirigirse una palabra, se habían enamorado del otro. Tan sólo había bastado una mirada.

Amor a primera vista, juraban por ahí.

Su tercer año llegó junto a más amistades que atesorar. Pero ninguna sensación se comparó con aquél primer día, cuando entendieron que ambos iban a estar rodeados de una creciente pasión desbordante.

Pero aquél momento llegó, el día que temían que alguna vez llegara. Se iban a separar para seguir con sus caminos y convertirse en personas adultas e independientes. Estaban conscientes que no se iban a distanciar de manera física, porque por casualidades de la vida, irían a la misma universidad, pero sus almas no decían eso.

Por ende, enfrentados en una desolada cancha luego de un último y exhaustivo entrenamiento, se miraron a los ojos una vez más, rememorando aquella ocasión cuando contemplaron esa llama, esa vehemencia que los hizo conectarse. Lo contemplaron, para nunca olvidar y, tratar de ignorar que esta vez también distinguieron el eterno infierno de incomprensión, dudas, celos, peleas, gritos, lágrimas y dolor, hasta terminar en un fatal desenlace.

Sin embargo, lo comprendieron.

Estaban asustados, horrorizados.

Así que con una tranquila atmósfera, ocultando aquella cobardía, fingieron indiferencia. Se alejaron, para continuar una monótona vida.

Hubo una vez que creímos vivir felices para siempre...

Fueron los últimos pensamientos de un par de ingenuos, antes de darse la vuelta y pasar del otro para nunca más vivir junto a su amante.

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Un drabble que salió, luego de leer un par de microcuentos de Héctor Ugalde:
"Amor a primera visión"
"Breve cuento de hadas"
He tomado algunas líneas suyas porque de otra manera no sé si hubiese podido expresar lo que quería, así que doy créditos a este autor.

Un par de ingenuos [BoKuroo]Where stories live. Discover now