one shots harry styles

my queen

                La conocí en casa de April, era una chica muy tímida, sería y bastante antipática, con un muy buen humor negro. Desde ese entonces me propuse a conocer a esta chica a fondo, y claramente enamorarla.

- ¿Porqué piensas que te contaré mi vida? Solo hemos hablado una mierda -rueda sus ojos y mira hacía la dirección contraria.

- Porqué si tú lo haces, te contaré acerca de la mía -sonrío convincentemente-

- No me importa tu vida -me guiña el ojo-

- Pero a mi si me importa la tuya, cariño -muerdo mi labio y veo como sus mejillas toman aquel tono carmesí-

Existieron ocaciones en las cuales quería enviarla al infierno, pero estaba completamente seguro de que el mismísimo diablo vendría a devolverla personalmente, es una chica con un carácter bastante difícil de entender y dominar.

- Ya te dije, no quiero verte ni hablar contigo -rodeó los ojos mientras ordenaba los libros en sus respectivas estanterías- estoy trabajando, no perdiendo el tiempo con chicos fáciles como tú.

- Hey, eso duele -creo que me está enfadando- no es necesario ser tan antipática.

- Tu dijiste que querías conocerme, lo estas haciendo bastante bien -caminó hacía el caja, balanceando sus caderas de un lado a otro, diablos-

- Y no me arrepiento, si es lo que piensas -me apoyo en la estantería- resultas ser bastante interesante.

Saben cuanto me costó pedirle una cita? No, mejor dicho, que ella aceptara salir conmigo solo a dar un paseo? Aproximadamente seis jodidos meses! Es que ella es increíblemente dura.

- ¿Que se supone que debo hacer para caminar junto a ti? -pregunto harto.

- ¿Y para qué quieres salir conmigo? No le encuentro la lógica, me hablas siempre -rodea sus bellos ojos-

- Pues... -dudo- ¡Porqué es más interesante y divertido!

- Que aburrido eres, Harry -niega con la cabeza- pero acepto.

Les juro que en aquel momento deseaba saltar de alegría.

- Solo te diré una cosa -me mira amenazante- si intentas besarme o rompes mi espacio personal rogarás jamás haberme conocido, Harry Styles, te lo juro -gruñe.

Todo fue un éxito, el paseo resultó excelente. Obviamente estamos juntos, es obvio que todo resultó bien.

Luego de muchos meses que ella me tenía en la friendzone, decidió considerarme algo más que un amigo, les admito que me sorprendió bastante al ser ella la que dió el siguiente paso.

- Es que es estúpido -rodea los ojos- jamás iría a la boda de mi amigo cuando estoy locamente enamorada de el!

- Lo harías porqué es tu amigo y lo quieres -suspiro-

- Rosie es una estúpida -se queja por décima cuarta vez durante estos diez minutos-

- ¡Ya basta! -grito- ¡me tienes harto! Deja de quejarte por lo que hacen los demás, no todo tiene que ser a tu manera, he tenido mucha paciencia contigo y lo sabes, maldición -me pongo de pie y comienzo a ordenar mis cosas-
Durante un año y medio he estado detrás de ti dejando que me humilles y que me trates mal, y tu solo pasas quejándote de las personas que son jodidamente felices -me pongo mi casaca- Deja de quejarte de la felicidad de los demás

Cuando estoy a punto de abrir la puerta del apartamento fui empujado contra esta y sus labios se estamparon contra los míos, sus brazos se enredaron en mi cuello y mis manos en su cintura.

- Solo estoy celosa de que ellos sean felices junto a alguien, en cambio yo no -susurra contra mis labios y los vuelve a juntar.

¿Pueden creer que ella me besó?
Esto solo ocurre en las películas, pero... parece que toda mi vida se estaba volviendo una película completamente cliché.

Quién diría que luego de seis gloriosos años, estoy casado con la mujer más bella que puede existir en el mundo, con la más fiel, la más incondicional, la que jamás me ha dejado solo, la que al verla mi estomago se llena de dinosaurios, la que ilumina mis días... la que amor con toda la vida y que jamás me arrepentiría de haber conocido.

Miré los ojos de Lou, estaban llenos de lágrimas, apretaba sus labios para evitar dejar salir el llanto, pero a pesar de eso, se veía hermosa.

- No llores... -acaricio su rostro y limpio la pequeña lágrima que corre con su mejilla- Me haz hecho el hombre más feliz de la tierra...

Pegué nuestras frentes, cerrando los ojos, sonreí al escuchar como todos los invitados aplaudían luego de mis palabras. Sonreí porqué debo admitir que encontré lo que jamás esperaba en la vida, alguien como Lou, alguien que me volviera completamente loco y feliz al mismo tiempo... alguien única como ella.

- Estas muy equivocado si piensas que en algún momento de mi vida me casaré -Lou estaba sentada a mi lado mirando hacia el horizonte- Es una pérdida de dinero

- Vamos, Lou -suspiro- no seas tan desagradable -la acercó a mí, tomándola de la cintura- Te prometo que te voy a enamorar... hasta el punto en que tu me ruegues que me case contigo -susurro en su oído-

Siento como se estremece por mi voz, y puedo ver sus mejillas tomar un color rosa.

- Dudo que puedas -murmura nerviosa- no me gustas...

- Mírame a los ojos y dime que no te gusto -la reté-

No dijo nada, solo guardó silencio. Me miró y formó en sus labios una tímida sonrisa, la cual devolví. Jesús, esta niña me tiene loco.

- Sabes que te gusto tanto como tu me gustas -acaricio su mejilla suavemente- y que me tienes completamente loco -junto nuestros labios, comenzamos a besarnos, me sorprende apegándome más a ella-

- Te cuento algo? Me traer completamente loca -vuelve a unir nuestros labios-

Jamás me arrepentiré de haber insistido tanto por esta chica, por haberme frustrado millones de veces. Al final, todo eso valió la pena.
Soy feliz, con la persona perfecta a mi lado, bueno... más desagradable que perfecta...

- OYE! -Lou golpea mis costillas con un puñetazo, a lo que me quejó con un pequeño gemido de dolor- y tu eres la persona más insoportable del mundo

- Pero aún así, me amas -sonrío coquetamente.

- Y te amo más que a nada en el mundo, Harry -besa cortamente mis labios-