Mr. Possessive [Taeyong]

08.

Hannah

Deslizo las cortinas para que pueda entrar luz a mi habitación. Tengo dolor de cabeza debido a la cantidad de alcohol que ingerí en esa cena.

No estoy mentalmente dispuesta a comprometerme con Yuta. Si me hubiese propuesto el vivir juntos lo consideraría, inlcuso de esa forma resulta algo inquietante en mi interior.
Pero lo estaría tomando con calma a comparación de la palabra 'matrimonio'.
Aunque le he pedido perdón por no tener las mismas metas durante nuestra relación, se que está dolido.

Cuando Taeyong me pidió cenar con él accedí por esa razón. Necesitaba sacar de mi cabeza cierta culpa.
Mientras más repasaba todos los recuerdos bonitos, las copas iban en aumento.
Lo último que recuerdo fue que mi jefe y 'amante' me trajo a mi casa. Me recostó en el sofá y salió.
Agradecí internamente que no insinuara tener acción.
No estaba de ánimos a pesar de que el aroma de su colonia me incitaba a caer de nuevo.

Me encamino a mi cocina y encuentro una nota escrita con una caligrafía digna de un premio. Me pregunto si ese hombre tiene algún defecto, porque hasta ahora me ha dejado de muchas maneras, con la boca abierta. Creí que los tipos bien parecidos y con un excelente atractivo solo servían para ser contemplados. Me equivoqué.

»Si no puedes asistir al trabajo está bien, pero por favor no olvides la reunión de la tarde. Es importante y vital que vayas lo más elegante posible. Mandaré un vestido par usted, por favor sólo acéptalo.«

Dejo la nota en donde estaba y me preparo algo para desayunar y curar mi resaca. 

🍒

Traté con mis fuerzas no contestar el móvil cada que una llamada entrante de Yuta se hacía presente. Pero me fue imposible. Razón principal del por qué ahora está frente a mi, dentro de mi apartamento.

─Nuestra relación estaba bien por donde quisieras mirarla, ¿porque no dar otro paso? ¿Tienes una maldita idea de cuanto te quiero a mi lado? Eres toda mi vida, Hannah

─¿Por qué casarnos? No tengo prisa, ¿Por qué tú sí?

─No es prisa, es lo que quiero para mi futuro. Te quiero ahí, te quiero hoy y mañana conmigo

Sus pasos se acortan; me toma de la cintura de manera tan delicada como si yo fuese una muñeca de porcelana. Siempre ha sido de esa manera.
La palma de sus manos se mantienen en mis mejillas, las yemas de sus dedos tocan la parte trasera de mis orejas. Siento su cálido aliento cerca de mi boca.
Ahora mismo me estoy sintiendo miserable y una hija de puta por haberme metido con otro cabrón. Pero siendo sincera, no es algo que una mujer pueda evitar al ver a semejante tipo.

─Quiero que lo tengas claro; yo no confío en los finales felices. Siempre hay un mierda en ese camino .., no quiero vivirlo de nuevo

─Haré que cambies de opinión. Te demostrare que los finales felices si existen

Antes de que pueda pronunciar otra palabra, el timbre suena. Doy pasos hacia atrás y me dirijo a abrir a quién sea que esté afuera.
Me sorprende ver una caja en color plata con un moño rosa pálido primero. Por inercia sonrió amable y la persona que me entrega tal paquete me pide dejar una firma en un papel. Lo hago y vuelvo a entrar.

─¿Y ésto?  ─así como he entrado, así me es arrebatada la tarjeta de encima.

Típica estupidez de no haber quitado antes algo tan importante, eh. Felicidades Hannah.

─¿Porque tomas algo que no es tuyo?

─¿Que tipo de jefe te compra un vestido?

─Tenemos una reunión importante a la cuál asistir, supongo es amabilidad

─No importa que sea mi primo, no me gusta que otro tipo te dé tanta atención

Estaba a punto de pedir que dejará su modo celoso de lado, pero la palabra 'primo' resonó muy fuerte en mi conciencia.