PRÓLOGO

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Trago saliva. Me siento totalmente desbordado por mis emociones. 

Todo el día absorto en 1016.

Todo el día sin pensar, ni tan siquiera un segundo, en ella. 

¿Cruel o extraordinario? ¿Digno de culpas o de encomio? ¿Concentración perfecta o destrucción de mi paz?

Vuelvo a darle al play.  

En cuanto oigo la primera palabra lo detengo. No soportaría volverlo a escuchar otra vez. 

Los ojos me escuecen. Debo tenerlos más rojos que blancos tras haber pasado las últimas horas martirizándome sin dejar de mirar la pantalla de mi móvil, luchando contra el impulso de lanzarlo y romperlo en mil dieciséis pedazos. 

Vuelvo a buscar su contacto. Llamo por decimonovena vez. 

"El teléfono marcado no se encuentra...".

-¡Mierda, Amaia! ¡Coge el maldito teléfono!- lo lanzo contra el suelo deseando que el ruido del golpe me despierte de esta pesadilla. Pero no es un sueño. 

Acto seguido voy a por él, deseando que mi rabia no lo haya roto. Si se rompe no podré estar localizable para cuando ella me conteste. 

Lo cojo y veo que tan solo se ha agrietado el protector de vidrio de la pantalla. Definitivamente, incluso mi teléfono móvil es más fuerte que yo. 

Miro la hora. Son las cuatro pasadas. Ojalá de la tarde y no de la madrugada; mañana a primera hora debo seguir con la marcha que yo mismo me he impuesto.

Aprieto los ojos para que me dé una tregua el dolor. Solo necesito mantenerlos abiertos un poco más. Ella me va a contestar. 

Acto seguido, vuelvo a barajar la idea absurda y carente de lógica que se me había ocurrido durante las primeras dos horas de agonía. Sería algo absurdo, sí, pero podría refugiarme en el consuelo de la imitación. 

Sin pensarlo ni un momento, decido hacerlo. Si lo pienso me voy a arrepentir.

Entro a nuestra conversación de WhatsApp, ya arrepentido por mi decisión, pero sin fuerza de voluntad suficiente para detenerme. Es lo que tiene la desesperación. 

Empiezo a grabar el audio...

-Amaia... ¿Por qué no enciendes el teléfono? Llevo horas intentando localizarte. Aquí son las cuatro de la madrugada y debo prepararme a las seis, porque a las seis y media empiezo. No he dormido nada. Entiendo que me lo merezco. He sido un completo imbécil... Un desconsiderado.  Sé que no estás pasando por un buen momento. Yo...-trago saliva conteniendo las lágrimas; no me voy a derrumbar-. Yo he intentado hacer lo mejor para ti, lo mejor para mí, lo mejor para los dos. Te he aconsejado profesionales... Pero tú quieres hacerlo todo sola. Amaia, eres increíble... Pero hasta la persona más increíble del mundo necesita ayuda. Yo... Siento mucho no haber estado para ti todo lo que necesitabas... No sé qué me pasa. Entro en el estudio y no existe el mundo, solo existe la música y yo. Entiendo que te hayas sentido sola o que hayas pensado que la situación no iba a mejorar. Yo me habría cansado mucho antes... Pero de ahí a pensar que tengo a otra persona... ¿Quién te ha metido esas ideas en la cabeza? ¿Quién te ha enseñado esas fotos que dices? ¿Y eso de que quieres darle una oportunidad a ese subnormal? Espero que no sea el que creo que es. Pero si tú pasas completamente de él. ¿¡No te das cuenta de que te están manipulando!? Por dios, Amaia. ¡Solo tengo ojos para ti!- intento relajarme y dejar de gritar-. Desde que te conocí solo tengo ojos para ti. Sé que a ti te pasa lo mismo conmigo, sino, no te habrías molestado en llamarme tantas veces o en mandarme el audio... Te habrías ido sin más; quizá con razón... Pero no lo has hecho. Así que no voy a parar hasta que me cojas el estúpido teléfono, ¿me entiendes?- empiezo a llorar, pero intento que mi voz suene fuerte, segura-. Todo lo que hemos construido, todo lo que hemos creado, no se va a desmoronar por un maldito audio. No voy a dejar que eso pase. Lo nuestro no acaba aquí. 

Suelto el dedo y el audio se manda. 

Viendo que no puedo hacer nada más, sumergido en lágrimas de impotencia, dejo el móvil a un lado, me acurruco en la cama y, aún sintiendo el frío de lo que es mi noche sin ella, intento dormir hasta que suene el despertador. 


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¡Hola a todxs! Bienvenidxs a mi nueva historia. Es la 2ª parte de mi primera historia Almaia, titulada ''¿Qué es mi vida sin ti?''. Si no la has leído, te invito a que la leas. Aún así, ambas partes pueden leerse por separado. Tienen sentido completo de forma independiente. 

Como siempre, os invito a que me dejéis en comentarios vuestras primeras impresiones acerca de esta nueva historia, a que me comentéis qué os gustaría que pasara y a que sigáis esta historia con la misma ilusión con la que seguisteis la anterior. 

¡Mil dieciséis gracias y a por esta nueva aventura!

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⏰ Last updated: Jan 22, 2019 ⏰

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Hasta que se caiga el cieloWhere stories live. Discover now