El amor es algo realmente complicado, cuando uno de los dos quiere el otro no, cuando ambos lo hacen se supone que todo deba ser más fácil, pero no es así. Cuando ambos enamorados son de distintas razas, los vampiros y los licántropos no pueden esta...
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— Siyeon, pertenezco...pertenezco al clan RedMoon, mi nombre es Moon Bora— sentí que mi mundo podía acabar allí mismo que no me importaría si es que Siyeon me rechazaba por ser vampiro.
Joder, nunca en mi vida pensé en enamorarme siendo tan jugadora como era, y mucho menos de una chica licántropo, digo, he estado con todo tipo de chicas: sirenas (no pregunten), centauros, hadas, incluso una chica dragón, realmente sexy, por cierto, pero mírenme, me enamore a primera vista y no he podido dejar de pensar en ella desde que la conocí.
Ahora estoy acá frente a ella, arriesgándome a que llame a los guardias y me maten por entrar en territorio de licántropos.
— ...
— Siyeon...
— Un vampiro...— dijo y levanto su vista, sus ojos estaban húmedos, iba a llorar.
— No Siyeon, por favor no lo hagas— me acerque a ella y la tome de las manos, y contrario a lo que pensé no me empujo ni nada, coloque mi mano en su mejilla y limpie la lagrima rebelde que salió.
— ¿Por qué un vampiro? ¿por qué tuve que enamorarme de un vampiro? — pregunto y me miró, sentía como se me desgarraba el mundo al verla llorando, además, ¿dijo que se había enamorado?
— Siyeon...por favor, podemos hacerlo, sé que encontraremos un modo de que esto funcione, por favor, te sonara absurdo, pero me he enamorado de ti, pese a habernos visto pocas veces, pese a que apenas hemos hablado, me enamore de ti— ella me mira con brillo en sus ojos.
— No quiero estar lejos de ti, no ahora que estoy tan cerca, tomándote de la mano, sintiendo el calor de tu rostro en mi palma— dije acariciándole el rostro y aliviándome al verla sentir las caricias mientras cerraba sus ojos.
— Esto está prohibido...— dijo colocando su mano sobre la mía
— Pero quien lo decidió...
— No lo sé.
— Exacto, ninguna de las dos tiene conocimiento de la razón de esta situación tan absurda como el que el amor entre nuestras razas sea un tabú...
— Por favor Siyeon...déjame amarte— le pedí y ella me miro a los ojos.
— Yo...
*toque de la puerta* Ambas nos alarmamos por lo que nos movimos lo más rápido posible, terminando yo por ser metida en su closet, genial volví a mi época closetera, ah no espera, nunca la tuve.
— Minji, ¿qué haces acá? — la escuche preguntar.
— Hermana está todo bien, ¿estabas llorando? — era la voz de una chica más joven.
— Descuida, todo está bien.
— ¿Segura? ¿no hay nada que quieras que haga por ti?
Sentí silencio y luego la voz de Siyeon.
— ¿Qué tal si vigilas que nadie venga? quiero que a cada rato te pasees por el pasillo y si ves que alguien viene hacia acá, aúllas, ¿de acuerdo? — ingeniosa.
— mmmm, ¿por qué?
— No seas curiosa, ¿me harás el favor o no?
— De acuerdo, de acuerdo, todo con tal de que estés feliz.
— Gracias enana— sentí un sonoro beso que supuse que Siyeon le había dado a su hermana en la mejilla y luego sentí como la puerta de su cuarto había sido cerrada, de pronto las puertas del closet fueron abiertas y al yo estar arrecostada en ella me fui hacia adelante cayendo encima de Siyeon.
— Lo...siento— dije al verla, pero en seguida me puse nerviosa al tenerla tan cerca de mí.
— Descuida...
— Siyeon....
— Dime...
— ¿Me dejarás amarte? — pregunte y ella cerro sus ojos como si lo pensara y al abrirlos me mostro una cálida sonrisa.
— Ámame Sua— dicho esto elimine la distancia entre nuestros rostros y bese sus delicados labios con todo el amor que tenía para darle, sentía su sabor a fresa en mi boca, y me llevaba a querer explorar más la suya.
Poco a poco descubrí su boca, luego de que ella le diera paso a mi lengua para encontrarse con la suya. Calidez era lo que sentía, algo poco más debajo de mi barriga era calentado por ese beso...beso que poco a poco iba volviéndose travieso, pero aun así lleno de amor.
Sin darme cuenta me deje llevar y mordí levemente su labio provocando que ella ahogara un gemido que activo algo en mí, sin separar el beso me fui sentando y ella junto a mí. Tuvimos que separarnos un momento y me puse de pie para luego pasar mi brazo izquierdo por debajo de sus piernas y con mi brazo derecho afincar su espalda, la levanté del suelo y mientras me dirigía a su cama ella me besaba lentamente.
La coloque con delicadeza sobre la cama, sabía que no podía llegar muy lejos esa noche, sabía que debía respetar su cuerpo, pero aun así ella me dio permiso a acariciarla y sentir pequeños jadeos de su parte que me complacieron durante horas.
Entre besos y caricias había llegado casi las dos de la mañana cuando de pronto sentimos un aullido poco lejano.
— ¡Mi hermana! — Siyeon se levanta de pronto de la cama y yo entendí que debía irme, me dirigí a la ventana y la abrí y antes de irme me volteé a ella quien me miraba preocupada.
Me acerque y tome su rostro entre mis manos y le di un último beso y me quede con esa agradable sensación de ella. Le sonreí mientras ella sonreía y salte por la ventana para alejarme lo más rápido posible.
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Nota: Estuvieron por un mes mandándose cartas y con palabras lindas se endulzaron hasta enamorarse la una de la otra (además de que según "el destino" debían conocerse)
