El principio del fin

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Buenas, yo por aquí💕
Les traigo un capítulo más de esta historia, espero les guste.

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-[No me interesa si muero, no podrán separarnos nunca...]-

-[Es que esa es la idea, niña. Por su traición, sufrirán la maldición de ambas de nuestras manos.] -

-[No, no te lo permitiré, JAMÁS. ¡Infernal flames!] -

-[¿De verdad crees que me vas a vencer con esos ataques? Me estás subestimando, hijo mío. Eras el más fuerte de nuestro clan y todo lo tiraste a la mierda por una mugrosa diosa; muere de una buena vez...] -

-[¡NO MELIODAS, ALÉJATE DE ÉL! ¡POR FAVOR!] -

-[Tú no te quedas atrás, pronto te darás cuenta que traicionarnos no fue la mejor idea, hija; lo lamentarás por el resto de tu existencia. Toxic enchantment, combine.] -

[Intentarán alejarnos y lo lograrán por un tiempo, pero no importa las veces que muera, yo regresaré al lugar donde debo estar y eso es a tus brazos. Nuestro amor es tan fuerte como las llamas del mismo infierno. Te amo.]

-¡AHH MIERDA!- despertó Elizabeth con el cuerpo totalmente sudado, su corazón acelerado y una falta de aire tremenda. Había sido uno de los sueños que tenía diariamente. -No puedo más con esto, no entiendo que son estos sueños; literalmente vi como moría y sigo viéndote, a mi lado... ¡¿Quién eres!? Ya no quiero seguir con estos sueños, no lo soporto...-

Se sentó en su cama, con el rostro metido en sus rodillas y soltó un llanto amargo, de dolor puro. Han pasado 2 semanas y aún sigue soñando con ese chico, con esos lugares tan extraños, viéndose a ella con alas y poderes; era demasiado para la pobre princesa, que de por sí nunca había sido muy normal ni encajaba con las chicas de su edad en el pueblo ni tampoco con sus hermanas. Sentía que no pertenecía a ningún lugar.

Su gato la vio llorando y se acercó hacia ella. Gracias a la forma en la que despertó, fue lanzado al piso por ella misma sin querer, pero fue inmediatamente a su lado ronroneando y maullando mientras se pegaba a su dueña, preocupado por como estaba.

-Estoy bien Moonie, tranquilo. Sólo déjame llorar, que ya estoy cansada de todo esto... Si tan sólo pudieras hablar...- decía entre sollozos a su mascota, que abrazó fuertemente, para soltar un poco su amargura.

Mientras tanto, un rey veía a su amada llorar, la veía sufrir todas las mañanas por esos sueños que tenía y sufría internamente al ver que no podía hacer nada. Tenía demasiada rabia, demasiado dolor al verla así, tan destrozada e indefensa, cuando él sabe que ella no era así. ¿Qué es lo que estaba pasando? ¿Ella estaba viendo su vida pasada en sueños? ¿Era él con quién soñaba y la hacía llorar de esa forma? Estaba desesperado, no encontraba forma de poder saber por lo que su mente estaba pasando.

Pero fue sacado de sus pensamientos por Elizabeth, quien decidió soltar al gatito y levantarse de la cama, para dirigirse al baño y cerrar la puerta. Nunca lo hacía, siempre la dejaba abierta y él esperaba pacientemente arriba de la cama o echado en el piso; aunque debe aceptar que algunas veces sucumbía ante sus deseos y hacía que el animal caminara hacia el baño, para poder mirarla mientras se bañaba... Sabía que estaba mal, pero no podía evitarlo, pecaba al satisfacerse a sí mismo mientras apreciaba el cuerpo de su mujer, de su diosa; maldito deseo inmundo que lo corroía. Cada vez era más tóxico estar al lado de su princesa a través de aquel gato, pero era como una adicción, una droga de la cual no quería salir nunca.

A Love Like HellWhere stories live. Discover now