Capítulo 3

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–Pues esta es mi casa — Anunció Izuku a medida que abría la puerta de la entrada — No es tan impresionante como la tuya, pero espero que te sientas cómodo.

Shōto observó a su alrededor en silencio. No era un lugar muy grande, no sabía cuánto podía ganar un hipnotizador pero seguramente ocuparse del alquiler de un apartamento no era tarea sencilla, y no cualquier persona podía tener un domicilio tan lujoso como el que quería lucir su padre.

No obstante, le pareció un sitio acogedor. Se notaba que su dueño le había puesto dedicación y esfuerzo a cada rincón, además de sus señas propias. Podía observar un sofá estilo rústico, con las patas y reposabrazos de madera y los almohadones de un tono verde que hacía juego con el pelo del propietario. Lo cierto es que un mueble así no se veía a menudo en un apartamento, por eso le resultó curioso y dedujo que aquel chico tenía un gusto muy particular y poco le importaba que el resto no lo compartiera.

Frente al sofá se encontraba una televisión que daba la sensación de haber pasado por tiempos mejores. Se preguntó si siquiera podría seguir funcionando, porque joder, su tatarabuelo podría haber visto en directo la extinción de los dinosaurios con aquel aparato.

Podía ver la cocina desde donde estaba. Parecía pequeña, pero aun así todo se veía ordenado e impoluto. Se preguntó si podría preparar algo de repostería en ella. Lo cierto es que él no adoraba en particular los dulces, algunos más que otros, pero lo que sí le encantaba era elaborarlos y que el resto los probara y le diera su opinión.

No obstante, nunca tuvo muchas oportunidades de hacerlo, puesto que su padre no le dejaba cocinar y le insistía en que aquello era un trabajo de mujeres, y que cuando encontrara esposa ya podría pedirle que le preparara el plato que quisiera.

No había muchos muebles más. Algún que otro cuadro en la pared, una pequeña mesa de cristal con un par de sillas de mimbre a su alrededor, una grande y robusta estantería que guardaba muchos libros que parecían estar ahí para algo más que para adornar, pues sus cubiertas, aun en buen estado, demostraban por su desgaste que habían sido utilizadas una o más veces.

Podía vislumbrar también un pasillo no muy largo que suponía que llevaba a los dormitorios y al baño. Ya tenía curiosidad por saber cómo habría adornado aquel chico la sala en la que dormía.

–¿Qué te parece? — Preguntó Izuku con algo de timidez, habiendo estado observando la analizadora mirada de Shōto pasearse por toda su vivienda.

–Muy... singular — Dio Todoroki con la palabra exacta para describir el gusto decorativo de su anfitrión.

Midoriya rio un poco al no saber cómo tomarse ese comentario.

–Si quieres acompáñame y así puedes dejar tus cosas — Comenzó a caminar en dirección al pasillo y Shōto le siguió.

Entraron por la puerta situada al fondo y Todoroki se sorprendió al ver una pequeña habitación que solo tenía una cama, un armario empotrado y varios pósters de superhéroes pegados en la pared.

–¿Pero este no es tu dormitorio? — Dijo el de cabellos bicolores, desconcertado de por qué le llevaba a esa habitación y no a aquella en la que él dormiría.

–Sí... Verás... Solo tengo esta cama — Respondió con la vergüenza ardiéndole en las mejillas.

Todoroki parpadeó un par de veces antes de procesar lo que el otro intentaba decir. Cuando lo hizo, sus ojos se abrieron más de lo normal, observando aquel colchón que no se veía demasiado grande como para que lo ocuparan cómodamente dos personas.

–¿Y entonces dónde duermo? — Intentó averiguar.

–Tú puedes dormir en mi cama. Yo me iré al sofá.

Tododeku ~ ¡¿Hipnotizado?!Where stories live. Discover now