Querido tú: nos enamoramos|| RUGGAROL [QDME#3]

17 [n a r r a d o]

Lo miraba desde lejos. Desde la última nota, las ganas de seguir leyendo se desvanecieron. Ya me imaginaba las siguientes. Que serían esos dos meses que intentamos sostener nuestra relación, pero era imposible. Mike, Valen y yo decidimos ir al journal, donde como ya les dije trabaja Ruggero. Estaba cantando y no paraba de mirarme...

Sabías que, el día en que llegaste amor
el cielo cambió de color
no pude ya engañar al corazón.
Arriesgarlo todo es lo que siento,
si he de perder, sé que va a doler
no te imaginas cuanto, cuanto...

Nunca había escuchado esa canción, puedo prometerlo. Pero no sé que pasó, sentí como la letra había llegado a mí, me levanté y me quité los lentes de sol (sí, estaba con lentes de sol dentro del restaurante, es que mis ojos están hinchados de tanto llorar) y fui hasta su lado...

—quédate un momento más aquí
porque al fin entendí
que contigo detengo el tiempo,
quédate conmigo, di que sí,
porque al fin entendí...
que sino ya te perdí.

Ruggero me miró, yo lo miré y poco a poco comenzamos a acercarnos... tengo la oportunidad de sentir nuevamente sus labios, y no voy a desaprovecharla.

Los aplausos sacan a Pasquarelli del trance y se baja rápido del escenario. Tarde un poco en reaccionar.

—Ruggero— él volteó... que hermoso que está.

—Sevilla— dijo dándome a entender que me había quedado embobada mirándolo, es que es imposible no hacerlo mirando sus ojos, que te transportan a un mundo difer...— tierra llamando a Karol Sevilla, no tengo tiempo, ¿tenés que decirme algo?— dijo frío.

—Eh sí, espérame aquí— corrí a la mesa para buscar su cuaderno, chocando con una silla, siempre torpe, nunca intorpe. Escuché su risa detrás mío— toma.

—Lo estaba buscando— dijo mirando su cuaderno— ¿lo leíste?— soltó luego de unos segundos de silencio.

—Eh... no, bueno sí, pero no, osea— el sonrió un poco— no todo.

—¿Hasta donde llegaste?— le mostré la nota, que ahora tenía marcas de lágrimas secas— ¿no leíste más?— negué con la cabeza— seguí, confiá en mí— guiñó el ojo y se fue.

¿Qué fue eso?