Pérfido

29 de Noviembre

Pensaba que era el mejor momento para decirte que me atraías. Yo ya sabía que yo te gustaba, así que no iba a perder nada, también sabía que te atraía la Camelia. Pero me tenía fé. 

La noche anterior, en esa fiesta, te hice notar que estaba celosa, todavía no éramos nada. Pero te comente que me desagradaba que te "gustaran todas", aunque sabia que solo te gustaban dos personas. Tú, cuando te fuiste, me enviaste un mensaje de texto, preguntándome, por qué te había dicho eso. Entonces yo te dije que por nada, tu seguiste insistiendo, entonces te pregunté quienes te atraían. 

Como dije anteriormente, yo ya sabía quienes te atraían, solo quería que supieras que  era recíproco. Entonces tu me dijiste que eran dos personas, yo empecé a jugar contigo. Te dije que alguien que conocía le atraías: yo. Entonces te propuse, que tu dijeras quien te gustaba y yo te diría quien era la persona que le gustabas. 

Era divertido describirme, tú no imaginabas que me atraías. Quería sorprenderte. Y lo logré.

Entonces me dijiste por audio, que la primera vez que te sentiste atraído hacia mí fue cuando me viste en confirmación. Yo escuchaba tu voz, sintiendo como las ganas de vomitar mariposas crecían y el hambre menguaba. Cada palabra que decías, era como si mi corazón sufriera mil taquicardias por vocal. Me contaste que le pediste mi instagram a la Meri, tu actualmente ex novia. Y que cuando comenzamos a hablar, viste que no era tan desagradable como creías. "Desde ese momento quedé flechado".

Mi alma, obviamente, estaba exaltada. Me contaste que no querías nada serio. Yo te dije que no me gustaba salir con hombres que andan con dos personas al mismo tiempo, que me sentiría mal si me enteraba que habías besado a alguien más. Tú me aseguraste que eso no iba a pasar "por mi personalidad, no soy de las personas que coquetean con muchas". Te creí.