♊️ δεκατέσσερα ♊️

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—Simplemente fui a verles y decirles que vuestra madre está enferma, no es grave pero-—explicó Jeremy mientras se sentaba en la cama del hospital.

—Vale—dijo Arley fríamente.

—Espero que algún día puedas perdonarnos—dijo Jeremy mientras miraba la venda que cubría su pierna.

—Esperen sentados ya que nunca los perdonaré.

Jeremy asintió con la cabeza con una mueca triste y volvió a tumbarse en la cama mientras escuchaba los pasos de Arley salir de la habitación y disiparse lentamente entre los murmullos y voces de los megáfonos.

***

El avión aterrizó en el aeropuerto de Milan-Elate a las cuatro de la tarde del día siguiente. El cielo estaba cubierto de nubes grises y se sentía la humedad en el aire.

Los gemelos bajaron del avión junto con Alex y se dirigieron a la salida del aeropuerto para coger un taxi al hotel. Teddy temblaba de frío y sus dientes castañeaban sin parar, Arley cubrió a su hermano con su chaqueta y entraron al taxi.

—Mañana de doce a dos de la tarde tienes sesión de modelaje, de siete de la tarde a once de la noche tienes desfile, después descansaras y al día siguiente podrás pasear y disfrutar de Italia hasta las siete de la tarde cuando tendremos que coger el vuelo a Nueva York.

—Pensé que era una semana—dijo Arley mientras escuchaba los suaves ronquidos de su hermano.

—No, no es este, es la de España—explicó Alex mientras guardaba su agenda-tableta.

***

Los dioses jugaban a una pequeña partida de parchís en el salón de la mansión de Arley.

—Vamos Hefesto tienes que sacar un 2 para que ganemos—le animó Hermes.

—No lo animes en voz alta—se quejó Apolo mientras se cruzaba de brazos.

—No estes celoso hermanito.

Los dioses reían mientras jugaban, hasta que el sonido de una explosión llenó de humo la sala. Después lo único que pudieron ver era fuego y mas fuego.

Artemisa se encontraba un tanto aturdida debido a la explosión, todos los muebles estaban siendo devorados por aquel insaciable fuego que parecía aumentar por segundos. —No podemos quedarnos quietos, debemos apagar el fuego—dijo Hefesto mientras intentaba abrir las ventanas—¡Apolo, busca una manguera, Atenea, ayúdame a abrir las ventanas, Hermes, saca a Artemisa del lugar!

Apolo sintió su cabeza dar vueltas debido al aire que inhalaba pero eso no le impidió buscar la manguera, lo encontró al lado de la puerta trasera. Conectó la manguera al grifo y lo encendió al máximo.

Hermes intentaba reanimar a su hermana con bofetadas, pero no funcionaba, estaba inconsciente.

Se escuchó una segunda explosión y después un silencio total.

***

Cuanto hubiera deseado que Hefesto estuviera aquí—se dijo a si mismo Arley mientras caminaba por la pasarela con una de las colecciones de otoño.

El público admiraba y soltaba sonidos de exclamación y asombro mientras millones de flashes plasmaban cada movimiento que hacia Arley. Se dio la vuelta y caminó hasta el backstage donde Alex le esperaba con un rostro entre asustado y preocupado.

—¿Qué pasa?—preguntó Arley al notar la preocupación del mayor.

Obviamente Alex no le mencionaría lo ocurrido hasta que acabase el desfile para no llamar la atención de la prensa ni distraer al joven.

—Rápido, el diseñador va a despedirse los modelos tienen que posar con el.

Arley asintió lentamente y caminó a la pasarela junto con otras y otros modelos, el diseñador sonrió al publico y en Italiano agradeció a los modelos y al publico.

Arley se dirigió al vestuario a cambiarse, pero Alex lo detuvo. —Arley, no quería preocuparte, pero hubo una gran explosión en tu mansión, solo hay una persona herida pero la mitad de la mansión esta dañada y no quedan casi restos, lo siento.

Arley no supo que decir, lo primero que vino a su mente fue Dominik, Hefesto y sus hermanos, después, todas las fotos, ropas y otras cosas que solo pertenecían a su memoria y al pasado ahora ya que jamás podrá recuperarlas. Un sollozo salió de sus labios y simplemente cubrió su rostro para luego llorar. Alex lo abrazó y le dijo que no se preocupase, que todo estaría bien.

—Necesito que compres billetes para volver a Nueva York está noche —pidió Arley mientras se limpiaba las lagrimas y se dirigía al vestuario.

Se que fue ese él, seguro notó que Teddy no estaba y decidió librarse de Hefesto y sus hermanos, su "obstáculo"—pensaba el pecoso mientras dos ayudantes le ayudaban a quitarse el traje. No tienes perdón él, te encontraré y yo mismo te mataré por mi hermano y la persona que amo, no importa lo que cueste.

Después de cambiarse a una ropa mas comoda, caminó a pasos grandes hasta Alex, agarró el brazo de este y lo arrastró hacia su coche. Entró dentro y pidió que arrancase y condujese lo más rápido que pudiese hasta el hotel Four Seasons.

—Arley, cálmate, por favor bajé la veloci—

—¡Pise a fondo!—gritó Arley interrumpiendo a Alex.

—Arley se como te sient—

—¡No, no lo sabes Alex, mi esposo está seguramente gravemente herido o quizás muerto, ya no lo sé!

El viaje fue en total en silencio. Después de calles, farolas y semáforos por fin llegaron a aquel hotel, Arley subió las escaleras hasta llegar al pasillo. —Arley, no tan rápido—jadeó Alex mientras intentaba seguir el ritmo del rubio.

El rubio entró en la habitación y corrió hasta el cuarto de él y su gemelo dormían. Vacío.

El semidiós se puso pálido y como loco comenzó a buscar a su hermano por toda la habitación hasta escuchar unas sollozos en una esquina de la oscura habitación. Era Teddy, tenía sus orejas tapadas con sus manos, su nariz, mejillas y ojos rojos de tanto llorar.

—¿Que pasó?—preguntó Arley mientras abrazaba a su hermano e intentaba tranquilizarlo. Lo único que hizo fue señalar unas fotografías que se encontraban en el suelo.

Eran imágenes de la casa de Arley en llamas y una extraña silueta en la ventana del cuarto de Teddy.

My Greek God III:Hermes ©Where stories live. Discover now