I'LL BE YOUR HOME お帰り DOWOO

nobody else ✦ 생명❜

데려다줄게 널
; capítulo únicoˊ̖-

Dongyoung no podía recordar cuántos cumpleaños llevaba lejos de casa a esas alturas. Había olvidado cómo sonaba la voz de su madre al despertarlo por la mañana cantándole aquella aburrida canción que le dedicaban una vez al año y en su cabeza ya no quedaba siquiera una pequeña memoria de su padre diciéndole lo orgulloso que estaba de él mientras le repetía lo grande que estaba y en el gran hombre que se convertiría. No, de eso no quedaba nada. 

¿Había sido a los diecinueve? Sí, al menos cinco o seis años atrás. Sus padres ya habían planeado su futuro, le habían comprado un departamento e inscrito en una buena universidad en la capital para que pudiera comenzar su vida adulta de la mejor manera. Todo aquello como regalo de cumpleaños, el último que le habían hecho y el último buen recuerdo que tenía de ellos. 

Las sorpresas nunca habían sido algo que Dongyoung amara, no recibirlas, al menos. Cuando descubría que planeaban algo para él, no se tomaba la molestia de fingir no tener conocimiento de ellos y en su lugar simplemente lo mencionaba de manera casual en el momento oportuno, dando a entender que estaba enterado de todo y evitando que se tomaran la molestia de organizar todo en secreto y a sus espaldas, pues no era necesario. 

Lo mismo había sucedido ese año, para su cumpleaños número diecinueve. 

Dongyoung era un chico inteligente y astuto, no se le escapaba ningún detalle y cuando sentía curiosidad por algo que lucía sospechoso, no se rendía hasta averiguar de qué se trataba. Así fue como, poco tiempo antes de la primera semana de febrero, había visto a sus padres demasiado atareados y evadiéndolo más de lo normal y, claramente, ocultando algo de él. 

No había tardado en descubrir de qué se trataba. No era un tonto y no había forma de que tantos folletos de pequeños apartamentos en el centro de la ciudad —en la cual ni siquiera vivían— fueran porque sus padres quisieran mudarse. Vivían en una gran casa lejos de la capital, llevaban una vida cómoda y no había necesidad de dejar aquel bienestar. Además, cerca de las revistas de bienes raíces siempre estaban los panfletos de universidades, y sus padres no estaban en edad de continuar estudiando. Por otro lado, no habían posibilidades de que buscaran algo para su hermano, pues él se había ido de casa en cuanto terminó la escuela para dedicarse al teatro, desechando por completo la vida que sus padres también habían intentado planear para él. 

A diferencia de su hermano, Dongyoung había asumido en silencio continuar con aquellos planes en donde él era quien cumplía todo lo que sus padres jamás pudieron lograr. Al menos así el futuro era una preocupación menos de la que se tendría que encargar. Sin embargo, existía un gran problema en los planes que sus progenitores habían armado para él y era el que lo visualizaban con una gran familia feliz y muchos hijos a lo cuales ellos, como abuelos, pudieran consentir durante sus años de vejez. Se atrevería a decir que si los años pasaran y él se mantuviese soltero, su madre no dudaría en intentar emparejarlo o comprometerlo con alguna de las hijas de sus amigas. 

El problema, entonces, era que Dongyoung no tenía ningún interés en casarse y formar una familia al lado de una linda chica. No le importaba que sus padre decidieran sobre a qué se dedicaría por el resto de su vida laboral, lo único que él deseaba con respecto a su futuro era llevar una vida tranquila al lado de su novio, Jungwoo. 

Estaban juntos desde sus dieciocho años y los dieciséis del menor, quizá no llevaban tanto tiempo como pareja, pero Dongyoung estaba seguro de que Jungwoo era el único para él y que, a pesar de ser jóvenes, estarían juntos por el resto de sus vidas. Era tan simple como que el menor era el indicado para él y viceversa, tenían una conexión tan profunda y especial, que aunque nadie la entendiera, ellos seguirían siendo felices. Solo se necesitaban mutuamente, no requerían de nada ni nadie más.