Instagram RIVAMIKA [En Proceso]

✔126✔

.

- Dime que no te gusta.

Suspiro. Tras suspiro. El castaño, en su raciocinio era inverosímil poder armar el rompecabezas que su propia mente había llegado a la conclusión de averiguar por si mismo.

- Te dije que no me gusta.

- Por favor, se me sincero, ¿Te gusta Mikasa?

Había llegado la hora, milésimas de segundos estuvo de acuerdo que su relación no era efímera, eso lo tenía claro. Sin embargo, como decirle a la persona con quien llevas buen tiempo, que le decías que la querías, que desde un principio supo que era incorrecto, solo por ser un patrón duradero  de atracción emocional.

- Marco, lo que a mi me concierne es que estas sobrevalorando las veces que te decía que estaré contigo.

- Entre tu y yo, lo único que nos separa es un cuadrado angular en esta vida que por mi parte yo ya estaría ahí.

Conmoción. Eso es lo que sintió el castaño a esas palabras. Su cebrero empezó a cranear las veces donde el chico pecoso no sentí la mitad de su cuerpo y se la pasaba recostado mirando a la nada.

Pequeñas cosas afectaban más que una simple y compleja atmósfera que se encontraban con sandeces como esas.

– Necesitas descansar, hablamos en otro momento.

– No deseo aumentar mi calvario, solo confiesa que lo nuestro ya esta perdido. ¿Estoy sufriendo por un amor que vale la pena?

Apretando la mangas de su camiseta, esta confundido, si tan solo las cosas fueran guiados por un manual, controlar aquél golpeteo en el corazón, tener una estrategia de comportamiento... No obstante , aunque lo vea de una forma positiva, sabe que es un tontería. Quién decide es el corazón, y lo que él decide es lo que vale. Aunque a veces es una batalla contradictoria con el cerebro.

– El verdadero amor supone un acto de entrega total, ¿verdad, Marco?

Silencio. La lluvia se escucha a distancia, personas con su incesante andar apresurado, suspiros entrecortados de ambos, sufriendo en su atmósfera, sufriendo porque su amor no es reconocido, sufrían impensadamente.

– Desde que te conozca, has sido tú, solamente tú, no otra ni otro. Un día lluvioso como éste, yo quería decir algo que había ensayado durante semanas y en cuanto comencé, se me fue el valor al verte a los ojos y escuchar de tus labios que salias con alguien más. Entonces, me prometí que algún día que tenga la oportunidad, podre terminar la frase que había comenzado a decir aquel día. Y sigue presente.

Sus ojos buscaban indicios de alguna chispa de ¿felicidad?, buscaba leerle el corazón a través de ellos, como dicen; «Te vas apasionar y vas a sufrir »

Y en el momento oportuno, pronunció aquellas palabras.

–Es una frase bastante sencilla .– Pausó su monólogo, esperando una reacción en el susodicho.

–¿Y que precisamente es?

–Te quiero.

«...».
..



.
.

–¿Tamalito o Tacos?

–Mi recompensa.

–No te hagas la vistima.

La castaña se removía incómoda, esto iba en picada, primero la relación de sus dos pelinegros–que en secreto shippeaba– iba desapareciendo y ahora ambos se comportaban extraños.