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La pregunta de Kaydel hizo estremecer en nervios al mismo general Hux, ¿acaso en verdad necesitaba seducir a una chica para escapar de allí?

La respuesta fue incomoda y el momento igual. Connix salio huyendo de la prisión con una falsa modestia

El momento se repetía en la mente de Armitage haciéndolo avergonzarse de sus mismas palabras: 

-No podría... Tú eres una fiel teniente a tú ejército...bajo ninguna circunstancia creería que eso funcionaría en ti- suspiro entre respiraciones exaltadas el pelirrojo

-Si...tiene mucho sentido- la teniente aclaró su garganta después de decir eso con una profunda exhalación

-Además seguramente estas enamorada de alguien más aquí dentro de la Resistencia, seria ridículo pensar que de todos los hombres que conoces tuvieras que enamorarte del general de tus enemigos, un extraño, un desconocido perverso-

-No puedo creerlo-

-Yo tampoco-

Incomodidad, lo que sobraba en los ojos esquivos de los dos

-Descansa, el parche...hará efecto en unos minutos...mañana vendré a removerlo y a completar el tratamiento con la otra mitad-

-Entiendo-

-Intenta dormir del otro lado- Kaydel no mentía en sus movimientos bruscos y nerviosos, esa conversación jamás tuvo que haber pasado entre ambos

Eso hacia que Hux se sintiera desesperado
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Connix daba vueltas en su cama pero no concebía el sueño. Las palabras de Hux resonaban en su mente sin cesar.

¿Que? ¿Acaso ella estaba mal? Tal vez no era lo suficientemente bonita, o tal vez él la veía como a una niña, tal vez ser tan seria no ayudaba.
¡Por la fuerza! Quería salir corriendo a preguntarle porqué, ¿acaso no le parecía la correcta? ¿La ideal?

Malditos nervios. Aunque hiciera lo que hiciera el sueño huía de ella cada vez que recordaba a Hux con esa cara de estúpido.

No pudo soportarlo, tenia puesta todavía su camiseta negra y los pantalones habituales, buscó sus botas en la oscuridad del cuarto hasta casi caerse de la cama. El cabello no lo tenía atado con sus clásicos rodetes al estilo "Leia" lo tenia desparramado pero bien organizado cubriendo ambas partes de su rostro

Hux tampoco pudo dormir en toda la noche, las tres de la madrugada en la jungla, todos los sonidos que los animales autóctonos creaban solo le daban una sensación de soledad más profunda aún. En verdad sentía haberle dicho todo eso a la chica, Kaydel, seguro termino más confundida que nunca, seguro pensaba que era un desquiciado, tal vez hasta no la vería nunca más...

Pasos alborotados lo distrajeron de sus pensamientos profundos.

¿¡Kaydel Ko Connix?!

-¿Porqué nunca pensarías en eso? ¿Porqué no podrías?-

-¿Qué?- preguntó confundido, algo extrañado al verla así a la mitad de la madrugada

-No juegues al tonto conmigo- contestó abriendo la celda - Dijiste que nunca pensarías en algo así-

No pudo evitar una sonrisa a medio labio, que atractiva brutalidad, que glorioso sentimiento arraigado, cuanta pasión en su seguridad, ¡cuanto fuego impetuoso en sus ojos! Kaydel era ahora una preciosa mujer expresando por primera vez todo lo que tenía que decir

-Sencillo, pertenecemos a dos mundos diferentes, lo más seguro es que nos odiemos, incluso que actuemos uno contra del otro-

-¿Seguro? Tal vez no lo puedes tener en cuenta porque no soy lo suficiente para ti-

-¿Tenemos que hablar de esto a mitad de la madrugada?-

-Quiero saber porque el enamorarte de mí seria algo increíble-

-No creí que te molestarías tanto, lo dije sin intenciones de dar a entender otra cosa-

-Suponías-

-Exacto, supuse que un tema de semejante alcance te ofendería, que te sentirías incómoda-

-Me siento incómoda, incómoda de sentir que...- lo que iba a decir era una locura, ¿que estaba a punto de hacer? Mordió su lengua quedándose en silencio aún con la expresión de como se sentía

-¿De sentir... Que cosa?-

-Nada...olvidalo... No puedo dormir bien, eso...me hace tener estos ataques...lo siento- se lamentó tomándose el cabello entre las manos.

Connix creyó que el haber venido hasta allí era la mejor opción, la verdad era que había quedado como una tonta delante de Hux, gritando e histeriqueando como una niña pequeña sin fundamentos suficientes

-No te preocupes... Tampoco he dormido en varios días-

-Que locura ¿no?- exclamó la chica mirando hacia la ventana

-Es producto del cansancio mental combinando tal vez con algo de emociones cruzadas-

-Debería volver...-

La fiera era ahora una cachorra arrepentida, asustada, Hux nunca fue capaz de preguntar pero cuando su mirada se posaba en él podía observar el enigma que no descifraba en la chica. Nunca antes nadie lo había mirado con esos ojos, con esa ternura, con esa sensación de estar midiendo sus acciones. La muchacha no tenía nada que decir, se dio la media vuelta intentado retomar el camino a la base pero no fue cuidadosa en un detalle

-No puede ser...- murmuró preocupada

-¿Y ahora que?-

-Olvide las llaves en la habitación-

-¿Que?-

Con un quejido muy propio Connix apoyo su cabeza en la reja

-Organa me va a matar...peor, a relevar del cargo-

-¿Nos encerraste a ambos?-

-Si, nos encerré a ambos, mañana hasta otra hora cuando los códigos de la cárcel cambien- la chica volvió a mirarlo ahora rendida contra la reja deslizándose suavemente en el piso con los brazos rodeándole las rodillas

-¿Que sucede contigo?- preguntó el general con algo de picante curiosidad

-Tal vez esto de la guerra no es para mí-

-Tal vez...te estés tomando todos los asuntos complicados con una reacción equívoca- Hux dejó de lado la rectitud de la academia sentándose al lado de la rubia, se saco la chaqueta poniéndosela a la teniente en la espalda

-Gracias- murmuró ella aferrándose a la tibieza de la tela, pensar que su cuerpo había tocado antes esa tela le daba escalofríos.

-Sufres por dentro aún cuando no dices nada- dijo de repente él

-¿Que no todos sufrimos? ¿Tú no sufres?-

-El dolor siempre había sido la compañía perfecta-

-Lo creía también, pero la actitud no hizo más que alejarme de todo, de todos lo que me importaban-

-Recuestate en mi hombro, te hará sentir mejor-

Connix estaba a punto de reír cuando comprendido que la acitud de Hux era la más amable desde su llegada aquí

Posó su cabeza en el hombro de Hux sonriendo, esto después de todo no era tan malo. Amor en la peor situación.

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