Parte 7

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Sala 1: Tierra de mapaches 4: Ese es mi antifaz.

A la Sala 1 llegaron Tsurugi, Akane, Shindou, Kirino y Midori. Para fortuna de ellos, lograron todos sentarse en una misma zona.

—Vaya, eso fue de locos —dijo Kirino—. ¿Chicos, se encuentran bien?

—Yo estoy bien —afirmó Tsurugi, el cual estaba sentado al lado de Kirino—. ¿Quién más está consciente?

—Yo lo estoy, Tsurugi-kun —respondió Akane, quien estaba sentada al lado de éste.

—¿"Tsurugi-kun"? —repitió Shindou algo molesto. Él estaba sentado delante de Tsurugi y Akane.

—¿Acaso noto celos en tu voz, Shin-sama? —preguntó burlonamente Midori, quien estaba sentada junto a Shindou.

—¿Yo? ¿Celoso del chupasangre de Tsurugi? ¡Claro que no! —se defendió Shindou.

—Antes de que me sigas elogiando —interrumpió Tsurugi—. ¿Alguien sabe qué película van a dar aquí?

En ese instante, las luces se apagaron e inmediatamente apareció la proyección en la pantalla de cine y después de unos pocos comerciales de la nueva "Coca-Cola H2O: Pura agua, cero coca-cola", se pudo apreciar el título de la película... "Tierra de mapaches 4: Ese es mi antifaz".

—¿Qué rayos es esto? —se quejó Shindou en voz alta—. ¡Esta es una película para niños!

—¡Shh! ¡Cállate, niño! —le regañó un adulto mayor, el cual estaba sentado al otro lado de Shindou.

Shindou se quedó sentado con los brazos cruzados, sin embargo no podía evitar girar constantemente la cabeza para intentar ver si el rufián de Tsurugi le hacía algo malo a su pobre, dulce e inocente Akane.

—Oigan, traje dulces de contrabando ¿Quieren un poco? —ofreció Tsurugi lo suficientemente bajo para no molestar a nadie y lo suficientemente alto para que sólo sus amigos lo escucharan.

—Gracias, Tsurugi —respondió Kirino mientras tomaba varios dulces y se inclinaba para entregarle unos cuantos a Midori, la cual estaba sentada delante de él.

—Toma, Shin-sama, aquí tiene sus dulces favoritos —le susurró Akane entregándole unos dulces a Shindou.

—Gracias, Akane —agradeció Shindou alegre mientras que en su mente rondaban lindos pensamientos "¡Já! ¡Trágate esa, Tsurugi!".

La película transcurrió con relativa normalidad, sin embargo Shindou no podía dejar de pensar que tenía un aura oscura, incluso para el título que poseía. Lo más molesto de todo era esa música que siempre te dejaba tenso. Sin embargo, unos sonidos detrás de él pusieron en alerta su sentido de celos.

—Vaya, tengo muchos dulces, no puedo sujetarlos todos —pronunció Akane con una voz baja.

—No te preocupes —dijo Tsurugi—. Yo te daré de comer.

Shindou no lo pensó dos veces, tiró sus dulces al aire, se puso de pie y se dio media vuelta.

—¡¿Qué estás haciendo, pequeño degenerado?! —protestó Shindou en voz alta.

Inmediatamente, toda la sala de cine lo mandó a callar y algunos lo amenazaron de echarlo de ahí si es que no se mantenía tranquilo. Shindou nuevamente tuvo que sentarse en silencio, tragándose toda la ira que tenía, ira que no disminuía ya que podía escuchar risillas de parte de Tsurugi.

—Oye, Shindou, quédate tranquilo —le susurró Midori—. No sé a qué viene tanta paranoia tuya.

—Pero es que yo tengo que proteger a Akane —dijo Shindou.

—Relájate —intentó tranquilizar Midori—. Ella y Tsurugi solamente son amigos. Es más, desde hace tres semanas que siempre los veo charlando juntos en la salida de la secundaria.

Shindou volvió a moverse inquieto, ya no le prestaba atención a la película, sólo quería saber que hacían Tsurugi y Akane atrás de él. Si tan sólo hubiera visto un poco más de película, se habría percatado de que era una película de terror, razón por la cual habían muchos gritillos en la sala, la mayoría provenientes de un defensa peli rosa.

Todo acabó con la siguiente oración.

—¡Tsurugi-kun, tengo miedo, abrázame! —se escuchó una débil voz atrás de él.

—¡Suficiente! —exclamó Shindou volviéndose a poner de pie.

Pero antes de que siguiera increpando al pobre Tsurugi, el cual no había hecho nada ahora, unos brazos mecánicos salieron del techo, tomaron a Shindou y lo arrojaron afuera de la sala.

El cineWhere stories live. Discover now