Cholita de mi amor

Visita a la oficina

La señora Martina y Acacia se dirigieron a la casa  para reclamarle a la señora sobre lo ocurrido anoche.

Tocaron la puerta ,Ezequiel abrió y le dió un abrazo a Acacia.
Le preguntó por la señora Pilar y Ezequiel corrió a llamarla.
Apareció  le dijo:

-Le prohíbo que vuelva a lastimar a Acacia,ella apenas es una niña.
-¡Qué niña si es mayor de edad!
-Por si a caso ella no está sola,tiene todo mi apoyo,si vuelve a maltratarla la denunciaré.¡Está advertida!,con permiso.

Doña  Martina se fue y cerró golpeando la puerta.

La señora Pilar le dijo:
-Ahh...te fuiste de chismosa con la mujer esa ¿no?
Ezequiel intervino
-señora por favor,no le grite
-Solo le hice una pregunta.

-Acacia no puedo dejarte en esta casa con esta señora que más daño te hace,te vienes conmigo a mi trabajo.

-Ezequiel creo que estás perdiendo la razón.
-No señora no se meta.
-Pero entonces ¿Quien preparará el desayuno y el almuerzo?
-Ese es su problema.

Ven Acacia nos vamos.
-¡Ezequiel !
Rápidamente se fueron.

La señora Olivia aparece
-Que pasó.¿Dónde está mi hijo?
-Se llevó a la serrana a su trabajo.
-Qué?Esto debe ser una broma
-De verdad se la acaba de llevar
-¿ Acacia no se había ido anoche?
-Venga y le explico.

Ezequiel la hizo subir a su auto ella estaba maravillada por que nunca había subido a un auto.

-¿Este es otro auto?
-No es el mismo que estaba en el garaje.
-¿De verdad?pero no tiene techo.
-Es que este auto es convertible.
-¿Convertible? y ¿En qué se convierte?¿En una carreta con caballos?
-Hay Acacia me haces reír, que ocurrente eres.
Ella le regaló una tierna y tímida sonrisa a Ezequiel.

Hasta que llegaron y entró a la empresa,como siempre todas las personas la miraban extraño.

La llevó a su oficina.
-Bueno Acacia como verás soy arquitecto y trabajo todo el día aquí y esta es mi oficina.
-Que bonito está todo.
-¿Vamos a la cafetería para tomar desayuno?
-Esta bien vamos.

Ambos llegaron a la cafetería y Ezequiel no paraba de mirar a Acacia y le encantaba estar con ella,conversar,y escuchar cada palabra suya,cada ocurrencia, le llenaba el alma su alegría y su sonrisa única.