9. Animago

12.5K 1.4K 416
                                    


El grito le había quitado el poco aire que tenía y ahora su cuerpo temblaba incontrolablemente mientras tomaba bocadas de aire, intentando con ellas llenar sus pulmones. Pero no era suficiente, el dolor sin mitigar consumía el poco aire que conseguía reunir, como si sirviese para alimentar las llamas que habían en su interior. El estúpido de Regulus con su complejo de inferioridad había hecho bien su trabajo, eso le serviría a su señor. Era lo único que ahora mismo lo consolaba.

Con las manos temblorosas intentó alcanzar su varita que minutos antes había rodado por la superficie del suelo tras soltarla involutariamente sus manos, yendo lejos de su alcance. La necesitaba  para aparecerse y poder tomar así una poción para el dolor y preparar la que calmaría los efectos secundarios del cruciatus. Era incapaz de hacer nada con su cuerpo así. Con Lucius había tenido más tiempo y había podido preparar todo pero el bonachón de Regulus había sido incapaz de alertarle por lo que le había sucedido en las últimas semanas y él había tenido que darle los suministros que llevaba encima. Sin duda, la situación era equiparable a la de Mulciber y Avery. 

Severus vio como un enorme perro negro corría hacía él y cogía su varita entre sus dientes. 

-Suel-suelta esso- dijo entre dientes. 

Severus pensaba que tenía la peor suerte de su vida, ahora un chucho había robado su varita, pensando que era un palo sin importancia. Intentó levantarse pero no pudo. Probablemente la palabra intentar era demasiado grande para lo que había conseguido, apenas había movido un músculo. Pero sin duda creyó que el cruciatus había dañado algún área cerebral cuando vio que el enorme perro que tenía delante tomaba la forma de un cuerpo humano.

-¿¡Black?!-consiguió articular claramente, llevándose nuevamente el poco aire que tenía y luchando por tomar nuevas bocanadas.

-¿Dónde tienes las pociones?- dijo mientras se arrodillaba a su lado buscando frenéticamente en todos los bolsillos de su chaqueta- ¿Cuál de éstas es?- dijo sacando un par de frascos.

-Ninguna-dijo en voz queda-no tengo-terminó de decir, cavilando cuanto sabría Black.

Las palabras retumbaron en los oídos de Black. Sabía que Snape estaba en agonía, aunque desde que lo había visto tomar su verdadera forma sus facciones habían ocultado parte del dolor que había visto. Sin dudarlo un segundo cogió su cuerpo tembloroso y se apareció en el salón de su casa, sin acordarse hasta que vio a los presentes de que justó ahí estaban Lily y sus amigos.

Snape se bajó de un salto de los brazos de Black al verlos y no supo como había conseguido mantenerse en pie pero cubrió perfectamente todo rastro de dolor y únicamente sus manos temblaban, las cuales ocultó tras su espalda con rapidez. Los presentes los miraban embobados pues él sabía que la situación podría perfectamente malentenderse, al fin y al cabo había llegado en sus brazos.

-Canuto, ¿Qué hacías con Snivellus?- preguntó con los ojos abiertos como platos, sintiéndose traicionado.

-No le llames así- Black fue incapaz de controlarse después de lo que había visto y prácticamente gruñó a su amigo, quien retrocedió al escucharle.

Aprovechando el momento de confusión y la pelea entre esos dos intentó escabullirse y subir a su cuarto para tomar la poción. Las llamas de su interior iban apagándose lentamente pero sabía que sino tomaba nada el dolor tardaría en desaparecer horas.

-Levicorpus-pronunció Sirius hacia Snape al ver como salía por la puerta del salón. 

-Black, cálmate-dijo Remus, intentando comprender que pasaba.

-Bájame-siseó pero fue lanzado al sofá al mismo tiempo que un liberacorpus era lanzado.

-O te quedas ahí quieto o te juro que del demaius que te voy a lanzar no vas a levantarte en una semana- dijo amenazante mientras le apuntaba con la varita. Severus gimió de dolor. 

Un nuevo lado tuyoWhere stories live. Discover now