Capítulo 32: Por fin lo pillan

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Miro el reloj por tercera vez desde que he llegado al parque. Son las 20 menos dos minutos, así que no creo que Gonzalo tarde en llegar. Estoy escondida entre unos arbustos y veo a Rubén esperando impaciente en la fuente. Volverlo a ver me recuerda al incidente de esta tarde y eso me revuelve el estómago. ¿De verdad creyó que podía besarme sabiendo que tengo novia?

Aunque bueno, no sé si después del resultado de la prueba de ADN lo seguiremos siendo. Quiero decir, si somos hermanas, no sé si podremos seguir adelante. Mis pensamientos son interrumpidos por unas voces.

—Por fin has llegado —dice Rubén cuando Gonzalo se acerca a la fuente. Si no supiera cómo es, confesaría que es muy guapo, con sus vaqueros y su típica camiseta negra. Siempre admiré eso de él, cualquier cosa le quedaba bien.

—¿Tienes el dinero? —espeta mi ex novio de mala gana.

La policía contactó conmigo y con Rubén antes de todo esto y los agentes le pusieron un micrófono. La misión de Rubén es intentar hacerlo hablar y que confiese que tuvo algo que ver con mi secuestro para tener pruebas suficientes. Espero que lo consiga.

—¿Para qué lo necesitas, Gonzalo?

—No te incumbe.

—Somos hermanos y me preocupo por ti. ¿Estás en problemas? —lo presiona Rubén y noto como Gonzalo empieza a tensarse.

Desembucha, cabrón.

—No somos hermanos. Al menos no para mí. Jamás te he querido —dice Gonzalo y Rubén se impresiona un poco por su confesión.

—¿Por eso jamás le dijiste a tu novia que yo existía?

—¿Conoces a Selena? —pregunta Gonzalo con el ceño fruncido.

—De vista, va a mi instituto. Sé que no sabe quién soy, porque sino, me odiaría o cualquier cosa —miente Rubén.

Estoy de rodillas para estar a la altura del arbusto y noto que mis piernas comienzan a estar muy adoloridas. Espero que esto no dure mucho.

—No le hablé de ti porque no necesitaba saber que existías. Además, ella es mía. Tú eres un chico de su edad y quizá habrías intentado follártela. ¿Crees que soy imbécil?

Si que lo eres, sí.

—¿Cómo que es tuya? —indaga Rubén.

—Es de mi propiedad, ¿qué no entiendes? Si dejo que esté con esa puta que se ha buscado ahora es porque estoy trazando un plan para que vuelva conmigo —explica Gonzalo y me quedo paralizada.

¿Perdona? ¿Quién se ha creído esta mierda seca?

—He visto en el instituto que ahora tiene la cabeza rapada, ¿sabes por qué es? Me intriga mucho que una chica guapa haya querido quitarse el pelo.

—Claro que lo sé. Que quiera decírtelo es distinto.

—Vamos, hermano, confía en mí. Quiero seguir tus pasos y ser igual que tú, te admiro mucho —miente Rubén y veo como Gonzalo sonríe victorioso.

—Está bien. Hice que mis amigos la dejaran inconsciente y la llevaran a un edificio abandonado y allí le raparon la cabeza como venganza por haberme rapado ella las cejas —explica Gonzalo y me siento aliviada, por fin tenemos una confesión.

Como si fuera una película, los agentes de policía salen de entre los arbustos con pistolas en la mano.

—¡Arriba las manos! —le grita uno de ellos y Gonzalo los mira asustado.

—¡Eres un cabrón de mierda! —le grita mi ex a Rubén y una agente se interpone entre ellos antes de que las manos de Gonzalo lleguen al cuerpo de su amigo.

Salgo de mi escondite y corro a abrazar a Rubén.

—Lo has hecho genial —le digo contra su cuello y él me da un tierno beso en la mejilla.

Cuando nos separamos, miro a Gonzalo directamente a los ojos.

—Ni te molestes en organizar otro de tus planes, jamás volveré a salir contigo —le digo muy en serio antes de que los agentes se lo lleven casi a rastras.

—¡Hijos de puta! —lo oigo gritar antes de alejarme hacia mi casa.

Rubén y yo caminamos en silencio. No sé muy bien cómo tratarlo después de que esta mañana intentara besarme. No quiero darle falsas esperanzas. Cuando finalmente llego a mi casa, corro a mi habitación antes de que mi madre llegue y caigo rendida en la cama.

Ha sido un día muy intenso y necesito mis horas de sueño. 

Amores Fallidos (COMPLETA)Where stories live. Discover now