Capítulo 57: Rencores del Pasado

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Lo observo de reojo mientras que su historia de amor invade mi cabeza

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Lo observo de reojo mientras que su historia de amor invade mi cabeza. Es muy bonita, pasar del odio al amor.

En cambio, mi historia con Silas inicio por una maldición. Un mandato de una bruja, dolida por ser abandonada en un altar.

¿Que culpa tenía yo de eso? Solo por el hecho de ser hermana de la que la traicionó cargué con la culpa que le correspondía a ella y luego me enamore del hombre que no debía.

Y heme aquí, dos mil años después. Despertar de un sueño a algo que es completamente nuevo para mi.

Encerrada en una cabaña por el hombre que amo, y ahora huyendo de él con un completo desconocido que tendió su mano.

El olor de su sangre me atrae, como las abejas a la miel. Su sonrisa coqueta provoca un ronroneo en mi y verme reflejada en el iris azúl de sus ojos me corta la respiración. ¿Quien es él?

Suspiro pensadamente en mi asiento, cuando de pronto notó algo en el piso de la carretera.

—¡Cuidado! — grito al distinguir es una persona, cierro los ojos fuerte al escuchar el chirrido de las llantas del auto.

— Imbecil — gruñe él, pegándole al volante.

Sin esperar bajo de la camioneta a toda prisa. Dios mío, no estoy para cargar con la muerte de nadie en estos momentos.

Veo el cuerpo del hombre y me acerco a ver qué este bien. Lo observo preocupada, su cabello azabache está alborotado, mientras la expresión de su rostro está relajada.

— ¿Señor, está bien? — preguntó de rodillas cuando de repente sus brazos me envuelven en un extraño abrazo.

— Que bueno estás bien — frunzo el ceño. ¿Me está hablando a mi? Niego repetidas veces, seguro me esta confundiendo.

— Señor, me está confundiendo — digo realmente confundida, cuando siento la mano de Klaus sobre mi hombro.

El hombre extraño se aleja del abrazo mientras Klaus me ayuda a levantarme.

— Damon, estás bien ¿verdad? — dice sarcástico. Mientras el hombre se pone de pie — No tienes que preocuparte por él — comenta mirándome a mi. Bajo la mirada, este hombre hace que me ponga nerviosa.

— Tardaste demasiado, qué pasa ya tus encantos no funcionan, Klaus — se burla, provocando que Klaus sonría de una manera extraña.

— Argh, ya había olvidado tu sentido del humor y volviendo al tema importante, no necesito darte razones de por que tarde o no — siento una extraña tensión en el aire — Te presentó a mi amiga, Adela — ambos me observan.

A dicho ¿Amiga? Soy su amiga. ¿Desde cuando soy su amiga?

— Será mi invitada — concluye Klaus, a lo que el otro desconocido da un asentimiento.

Sombra Petrova (Damon, Stefan, Klaus)Where stories live. Discover now