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Recuerdo cuando estuve dos semanas ignorándolo. No comía bien, no dormía bien, invertía tiempo únicamente en estudiar para el último proyecto expuesto y finalmente poder aprobar la cursada tan pesada que escogí.

Dos semanas largas en las que miraba mi celular, una y otra vez, seguida de otra vez. La bandeja de notificaciones tan llenas de sus mensajes, llamadas perdidas y mensajes de voz sin escuchar. Dos semanas infernales en las que estuve fingiendo no estar en casa o salía mucho antes para irme con YoungJae y quedarme a dormir en su casa.

Mentía, yo escuchaba cuando él me llamaba detrás de la puerta, cuando tocaba el timbre repetidas veces y llamaba a mi celular, el eco de su voz hablándome.

-" Jinyoung... ¿Estás en casa?"-

Cada día venía a verme y se quedaba por al menos dos horas en la puerta, durante catorce días consecutivos. Yo lloraba, dormía poco y me sentaba en el suelo a terminar mis tareas del otro lado de la puerta antes de que Mark se fuera.

La realidad es que lo extrañaba, pero me dolía hacerlo, el simple hecho de que me viera la cara de estúpido me hirió. Diez años tirados a la basura nada más por un tiro de "suerte", quizá en mi caso por uno de mala suerte.

Puede ser que me guste Mark. Puede ser que siempre me haya gustado y yo solamente confundí más las cosas al dejarlo besarme con tanta libertad y naturaleza. Lo dejé jugar conmigo porque ese sentimiento no identificado para aquel entonces no me permitía distinguir, no me dejaba diferenciar. 

Me sentía tan iluso mientras entras miraba la puerta de mi casa, el silencio se hacía mi mejor amigo y mis pensamientos, mi mayor confidente. ¿Me extraña?, ahora que sabe que esa pequeña confianza entre los dos se arruinó ¿Querrá recuperarme?... Ya no sabía ni que pensar 

Entre mis monólogos internos se me iba el tiempo, recogí mis cosas como si mi vida estuviese en cámara lenta, mi portafolios, mi bolso y lo que necesitaba para otro día más de facultad.

No tenía ni la más mínima gana de ir. Mi celular comenzó a sonar y lo tomé, contesté y era YoungJae, habíamos quedado en que iríamos juntos, vez a la facultad.

- ¡Jin al fin me con...!

- YoungJae que bueno que llamas… Y voy saliendo, no te haré esperar más-

Por alguna razón sentí alivio al escucharlo, no pude evitar sonreír suavemente. Arreglé mi cabello y mi ropa después de estar seguro de que iba a ponerme, al llegar a la puerta mi sonrisa se borró tan rápido, al no reconocer el  cabello negro de YoungJae sino la cabellera medio rubia y marrón color miel de él.

- JinYoung, por fin abres…-
- ¿Qué estás haciendo aquí?
- ¿A dónde llevas tus cosas, te estás mudando?
- ¡Vete, no des un paso más!

No había sido YoungJae, yo tuve la esperanza de que fuera, pero aun así no lo fue. Mark estaba mirándome con esos ojitos que me hacían daño, tenía sus mejillas rojas al igual que sus párpados.

Había llorado.

No pude evitar acercarme a él soltando mis cosas en el suelo, coloqué mis manos en sus mejillas y lo observé con detalle, miré la misma tristeza en sus ojos como en los míos. Sus manos estaban frías cuando tocaron las mías, sentí tantos escalofríos al no reconocer su tacto tibio, a veces caliente.

Estaba aflojando, se supone que no debia mostrar debilidad y aquí estaba, dejando mi corazón de nuevo ante él.

- Jin ... Por favor perdóname, Jaebeom y yo no somos nada, lo sabes bien-

- No sé de qué hablas, no sé absolutamente de lo que crees que sé bien. -

- No, JinYoung. Debes creerme, entre Beom y yo no hay nada...-

-¿"Beom"?, tienes tanta cercanía con él que lo llamas por su diminutivo.

Susurré mirándolo y sentía como mi vista cada vez era distorsionada por las malditas lágrimas. No quería llorar, no me gusta hacerlo y no podía evitarlo. 

- JinYoung... escúchame, tomé su mano, pero significa nada para mí.

- ¡Para mí significó todo en el mundo!

Grité espontáneamente mientras lo empujaba lejos de mí.

- Haz caso Jinyoung, escúchame. Tú sabes que no me gusta nadie…-

- Bien que no te gustaba JaeBeom como para decirme que a las cinco debería estar en tu casa-

- Me lo encontré de salida de mi casa y no negué su compañía-

-Admites que no estabas en tu casa cuando me llamaste-

Mark suspiró mirando al suelo, tomé mis cosas que estaban tiradas y lo aparté de la puerta.

- Vuelve cuando me importe tu existencia, debo ir a estudiar

- ¡JinYoung hoy es sábado!-

Mierda, mierda y más mierda, hasta para querer huir de Mark soy un completo fracaso. Suspiré por lo bajo y dejé mis cosas en el mesón del pasillo, pude sentir su mirada sobre mis acciones, como me analizaba de pies a cabeza tan fijamente 

Entendí que estaba siendo rudo con Mark y esa no es mi personalidad, no es lo que tengo por valores y modales. Estuve unos cuantos segundos helado frente a la puerta, mis dientes dolían de tanto que estuve apretando mi mandíbula.

No quería aguantar esto por más tiempo.

— Pasa, no hables hasta que yo te diga que hables.

𝖨𝗆 𝗇𝗈𝗍 𝗀𝖺𝗒 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora