Capitulo Uno

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La última Voluntad

–observaba con tristeza el féretro bajar lentamente, una tristeza le embriagaba el alma, había tanta gente pero ninguna estaba por ella, sus lágrimas se quedaban estancadas en sus ojos no se podía permitir llorar, nunca más lo volvería hacer, llorar era motivo de debilidad y si algo tenía claro era que nunca sería débil, Vanessa tuvo que aprender a ser fuerte–

–Emilio el hombre al que hoy despedía, había sido un hombre bueno, bondadoso y generoso con ella, lo conoció cuando ella ingresaba a trabajar a Campos y asociados, cursaba el segundo semestre de la licenciatura de derecho en sistema abierto, esa era la única manera que tenía para poder estudiar–

–él quedó encantado con ella en cuanto la vio, Vanesa es una mujer hermosa cualquier hombre estaría encantado de estar a su lado, pero Emilio siendo un hombre casado en ese momento sabía que las cosas no serían fáciles aun así se arriesgó, negoció con Beatriz su esposa el divorcio, y en menos de un año, Vanessa pasaba de ser la auxiliar a una de las socias de ese corporativo–

–a su lado aprendió muchas cosas, Emilio era un hombre sabio, preparado, culto, un hombre que disfrutaba de una charla en el café de los azulejos y un buen puro, era altruista pero esa parte de él solo lo conocían las personas más allegadas, ante la sociedad era un hombre con una personalidad fuerte–

Samuel – no te acerques –susurró acercándose a Vanessa–

Vanessa – no quiero discutir ahora –tomó la rosa blanca le dio un beso y la aventó, Samuel la observaba con rabia, Vanessa era la mujer más despreciable que conocía, nunca pensó en su vida que le iba a caer tan mal, nunca pensó que sería a una oportunista–

Beatriz – ¡cínica! –Se acercó a su hijo tomándola del brazo–

Flavio – por piedad –comentó con dolor– mi padre se merece respeto –observó a su madre para luego observar a Vanessa–

Vanessa – hasta que estoy de acuerdo contigo –le dio una sonrisa– hijastro –Samuel inhaló aire intentando calmarse, odiaba esa palabra sobre todo viniendo de ella–

–después del comentario de ella, Flavio tomó a su madre en un abrazo y la separó de ella, la pequeña Belinda se abrazó a su hermano rompiendo una vez más en llanto, para ella lo que estaba pasando era muy difícil, sobre todo porque tenía una conexión muy fuerte con su padre–

–un par de horas después Samuel, Flavio, Belinda y Vanessa se encontraban en el salón de la casa donde Vanessa y Emilio habían vivido su amor, para Samuel no era fácil estar ahí, pero tenía que estarlo, el testamento tenía que ser leído–

Flavio – no entiendo ¿por qué leerlo tan rápido?

Vanessa – yo tengo que hacer un viaje

Samuel – ¡vaya! No podías esperar más para irte a revolcar con tu amante –la mano de Vanessa se estampó en la mejilla de Samuel, con fuerza el la sostuvo y la pegó a su cuerpo furioso, tanto fue el jaloneo que los lentes de ella cayeron el suelo–

Vanessa – no voy a permitir que me faltes al respeto

Samuel – eres una...

Belinda – ¡basta! –Gritó con su voz quebrada–

Flavio – por favor Samuel contrólate –este soltó a Vanessa con rabia como si el sólo contacto le quemara– de verdad estar aquí es complicado, no lo hagan más difícil –Vanessa suspiró–

Vanessa – lo siento Beli –la adolescente solo la observó–

–Unos minutos después el notario entró por fin al despacho, en cuanto empezó a leer el testamento el rostro de Vanessa cambiaba completamente, no podía creer lo que su esposo había dejado estipulado–

Doble TentaciónWhere stories live. Discover now