Jimin hizo un tierno puchero al ver la gran pizarra de su salón llena de materia, o sea, no era que le molestara escribir eso, sin embargo estaba un poco agotado, era la última hora de clase, había razón para estarlo, luego de unos minutos escribiendo la materia, sin querer soltó un tierno y agudo bufido de sus labios, atrayendo varias miradas llenas de ternura.
ㅡ¡¿Porqué me miran?!, ¿Acaso no tienen nada mejor que hacer? ¡Hay materia por escribir! ㅡ chilló molesto mientras sus nudillos se ponían de color blanco por la fuerza que estaba ejerciendo y su ceño se fruncía, cosa que derritió de ternura a sus compañeros al verlo tan molesto, todos estaban de acuerdo con que Park Jimin era un verdadero terrón de azúcar.
ㅡ¡Profesor dígales algo! ㅡ volvió a chillar molesto, mientras se levantaba de su asiento y comenzaba a dar saltitos por la frustración y su rubia cabellera se esparcía sobre su rostro, dándole un aire infantil, cosa que fue demasiado linda para los demás.
ㅡEres una cosita demasiado adorable Jimin, no puedo hacer nada contra eso. ㅡ le dijo mientras sonreía hasta que se hicieran notables unas bonitas arrugas en las esquinas de sus pequeños ojos y soltó una risa tranquila.
ㅡ¡Profesor!
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