Capítulo II

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Apenas llegaron al hospital, Eiji explicó la situación nerviosamente a las enfermeras que lo recibieron, e internaron inmediatamente al chico en urgencias.

No podía evitar sentirse preocupado. El pasillo en donde estaba esperando alguna noticia se sentía tan frío y solitario. Los recuerdos de la última vez que había visto a Ash con vida se agolpaban en su cabeza haciendo que se sintiera mareado.

-No, no es momento de pensar en esto ahora...- se reprochó a sí mismo frotándose los ojos.

La verdad es que estaba realmente preocupado por el chico. Había algo en él, en la forma en cómo lucía, que lo hacía sentirse especialmente ansioso, aunque ni siquiera había logrado verlo consciente. No sabía cuánto tiempo había estado esperando, pero cada segundo que se quedaba en ese lugar lo hacía sentir peor.

-Señor Eiji Okumura?- Una de las enfermeras lo llamaba desde la puerta, con la mirada sombría.

-Si...?- se acercó rápidamente, intentando parecer calmado.

-Ah, señor Okumura, el doctor quiere hablar con usted... podría por favor venir conmigo?-

-Ah, claro, no hay problema, pero...bueno, ese chico, está... bien?- la preocupación lo estaba carcomiendo.

-Sí, bueno, solo se trataba de hipotermia, aunque también está deshidratado...nada que unos días de cuidado cariñoso no solucionen. El problema es otro...- murmuró.

-Eh?-

-El doctor le explicará con más detalle. Por aquí por favor.- Le sonrió amargamente mientras abría la puerta de la sala en donde se encontraba el chico, que dormía profundamente sobre una camilla.

-Señor Okumura.- El doctor le extendió su mano para estrecharla calurosamente. -Bueno, podría decirme quién es éste chico?- le sonrió.

-Eh? Bueno, no lo sé. Como expliqué a la persona que me recibió, solo lo encontré cuando fui a visitar a...un amigo, al cementerio...como no despertaba me asusté y decidí traerlo acá.-

-Ya veo.- La sonrisa del doctor desapareció al instante.

-Qué sucede?- preguntó Eiji, sintiéndose cada vez más incómodo.

-Verá...tenemos que reportar su caso a la policía...-

-Por q...-

-Éste chico- lo interrumpió- fue abusado física y sexualmente. No podemos dejarlo pasar.-

Las palabras entraron lenta y dolorosamente a la mente de Eiji. Había sido abusado. Un chico. Tan pequeño y frágil. Miró por un momento hacia la camilla donde yacía tendido; parecía que dormía tan tranquilamente. Cuántas veces? No. Por qué? Había sido abusado y aún era un niño. Igual que Ash. Sintió que sus piernas comenzaban a flaquear, y que el piso daba vueltas. Respirando con dificultad se apoyó contra la pared.

-Señor Okumura! Se encuentra bien?- la enfermera lo sujetaba por el brazo, intentando sostenerlo.

-Sí...sí....lo siento mucho, solo....estoy algo...-

-Lo entiendo. Por favor tome asiento.- El doctor lo miraba sombríamente. - Los primeros casos de chicos que pasaron por ésto también me impresionaron mucho. Sólo espero que comprenda...no es nada contra usted, de hecho creo que es una buena persona. Pero debemos asegurarnos. La policía le tomará declaraciones a usted y a éste chico. No le importa, verdad?-

-Está bien por mi...pero...- masculló con voz débil- Él estará bien?-

El doctor lo miró sorprendido, pero antes de poder contestar, un ruido hizo que se volteara, y con eso Eiji volteó también, confundido.
El chico había despertado. Tenía los ojos abiertos de par en par, fijos en el techo. Intentó incorporarse sobre la camilla, pero la enfermera corrió a contenerlo.

-Está bien, está bien...estás a salvo ahora...- le dijo amablemente.

El chico parecía desorientado. Volvió a recostarse sobre la camilla, y por alguna razón miró directamente a Eiji a los ojos, quien no pudo contener un jadeo de sorpresa.

Sus ojos. Sus ojos eran iguales a los de Ash. Eiji comenzó a temblar levemente. Parecía una broma cruel. Sus gestos también eran parecidos. Y aunque físicamente no tenía ninguna otra similitud, no podía evitar pensar en cuánto se parecían.

-Quién eres?- le preguntó tranquilamente a Eiji, sin apartar la mirada.

-Yo...-

-Ésta persona te encontró desmayado...recuerdas dónde estabas?- interrumpió el doctor.

El chico se cubrió la cara con las manos, guardando silencio.

-La policía llegará pronto, si? Necesitamos tu declaración, y la del señor Okumura, está bien? No te preocupes, todo estará...-

-Él no tiene nada que ver.- Lo interrumpió el chico.- Estaba en el cementerio. Escapé de casa. Tu nombre es Okumura?- preguntó mirando a Eiji con curiosidad.-Eres extranjero, no es así?-

-Yo...-

Comenzaron a golpear insistentemente la puerta, interrumpiéndolos.

-Ah, debe ser la policía.- explicó la enfermera, mientras se acercaba a ésta para abrirla.- Pasen por favor.-

Dos hombres vestidos con uniforme entraron a la pequeña sala.

-Buenos días. -saludó el más alto- Doctor Adams, entonces tiene un caso...?-

-Bueno agente Thompson, es este chico de aquí...-

Eiji no podía dejar de notar la inquietud del menor. Parecía haberse puesto a la defensiva, como si todos sus sentidos despertaran de golpe.

-Y éste de aquí...?- preguntó señalando a Eiji con el pulgar.

-Él fue quien lo encontró, aunque el chico dice que no tiene nada que ver...-

-No tiene nada que ver.- Insistió el adolescente con voz firme, algo molesto.

-No te pongas así, está bien, niño? Volveremos enseguida. Acompáñeme un momento, señor...?-

-Ah, Okumura, soy Okumura Eiji...-

-El fotógrafo?- Thompson parecía sorprendido.

-Sí...-

-Vaya! Soy un gran fan de su trabajo! Oh pero, debemos terminar esto antes...por aquí por favor.-

Thompson abrió la puerta haciendo que Eiji lo siguiera hasta una sala vacía que estaba frente al corredor.

-Entonces... qué sucedió?-

-Bueno, fuí a visitar la tumba de...un amigo. Entonces me dí cuenta de que había un bulto cerca que resultó ser éste chico. Temí lo peor, así que intenté que despertara, pero como no lo hacía lo traje lo más rápido posible aquí.-

-Eso es todo?- Preguntó el agente tomando notas en una libreta.

-Sí...-

-No lo había visto nunca antes?-

-No.-

-Ok señor Okumura, es todo por ahora. Por favor espere en el corredor.

-Está bien.- Eiji comenzó a caminar de vuelta, pero un pensamiento rondaba su cabeza.- Agente...bueno, éste chico... qué pasará con él si escapó de casa?-

-Bueno, lo devolveremos a sus padres, pero si...bueno usted sabe, si sus padres tienen que ver en ésto y no tiene más familiares, será llevado a un hogar de menores. Sabe? No tiene que preocuparse mucho. Ésto pasa todo el tiempo. Por lo general, cuando los chicos tienen problemas de abuso en casa y escapan, es porque no tienen otro lugar al que ir y nadie más en quien confiar. Es triste, no?-

Eiji asintió con la cabeza.

-No se preocupe. Después de todo, tampoco tiene que ver con usted.- El agente le dirigió una sonrisa amarga para luego alejarse caminando rápidamente.

-No tiene nada que ver conmigo...- murmuró Eiji para si mismo, mientras se dirigía al corredor para sentarse a esperar, sintiendo cómo las lágrimas que había guardado comenzaban a desbordarse.

Y Llegará un Nuevo Amanecer (Banana Fish, Ashura)Where stories live. Discover now