Húmedamente extraña

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Paso un año y no entendía porque no me aguantaba las ganas de experimentar el sexo, sí sexo y siendo apenas una niña (bueno en desarrollo con 14 años exactamente). Para entonces no tenía ni la más remota idea de lo que me sucedía, quería cambiarlo todo, morir, volver a nacer, porque esa sensación de amargura y que yace en mí, no es fácil a ninguna edad, menos en pleno desarrollo y con las hormonas haciendo estragos.

Aprovecharé este espacio para relatar mi primera vez que no fue tan maravillosa; como las que hasta ahora he contado, las posteriores fueron mejor, no se comparan y tienen una presentación superior a esa primera noche…

No recuerdo el momento o la chica exacta, que comenzó a mover las fibras de mi más profundo sentimiento lésbico, creo que una parte de mí cerro algunos ciclos sin ciertos permisos. Gracias a esos dogmas que te insertan en la cabeza las clases de biología, de religión y los familiares que contribuyen. Gratis por supuesto; es estrés para una adolescente llena de sufrimiento.

Fue una noche de marzo, en la cual mi prima Lucía Cornelios me visitaba (Que por cierto era mayor a mí por dos años), con la que ya había juego de palabras y miradas. Una vez en casa siendo odiosas entre nosotras, se me acercó, llevándome hasta la pared jugando y me besó la mejilla, respondiendo yo entre confundida, excitada, impresionada y maravillada. Cuando finalmente logramos despegarnos corrimos a la habitación y yo, con mis grandes ojos de sorpresa dije que NO. Sin pensarlo. Y me despedí súbitamente.

Al día siguiente pensé en volver a jugar con prima. Pero faltando una hora para salir escuela, me encaminé a completar lo que una parte de mi se negó. Pasó el día, y al final de la noche, la intensidad de los juegos se volvió inevitable, acabando en besos aún más profundos en nuestras mejillas y mis caricias cargadas de desesperación. Hazta que nos mandaron a dormir y está vez, decidida a ir a la habitación, después de muchas vueltas, comenzamos de nuevo lo que habíamos dejado.

Yo con mis ganas de experimentar y descubrir lo que realmente me sucedía no me detuve en disfrutar el momento, solamente pensaba cualquier cantidad de torpezas. ¿Qué hago ahora? ¡Así no quería, pero ya estamos aquí!. todo esto, con extrema humedad en mi sexo, sin saber qué hacer con aquello que simplemente sucedía. Quedé con la mente en blanco por supuesto, pero no para llorar, sino para analizar, por eso no rememoro esa noche, había atracción, faltó pasión o enamoramiento… Para ella, comprobé luego, fue maravilloso. Luego de varios días mi actitud cambió y descubrí las divinas sensaciones de estar con una mujer. Sí, lo siento. Soy lenta.

A pesar de todo, tengo la absoluta seguridad de que estar por primera vez, segunda, tercera o rozar mi virginidad con mi prima cruel, es lo mejor que ha podido sucederme o al menos para experimentar la promiscuidad.

Eso fue, lo húmedamente extraña de mi primera vez (sí se podría decir así :# ).

Más tarde mi madre me da la noticia que prima no estaba de visita, sí no que se iba a mudar con nosotros por un tiempo.

Esto iba de mal a peor (digo yo :v ) ....

Ella LesbianaWhere stories live. Discover now