tres

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Me fui directo al baño, como que igual quería llorar porque en todos estos años de media nunca lo había visto con nadie.

Me miré al espejo y tenía los ojos llorosos.

Me puse a reflexionar si era necesario sufrir por alguien que con suerte sabía mi nombre.

Nunca me planteé "superarlo", además ¿superar qué?

Mi punto es; ¿como se superar algo que nunca pasó?

Triste la huea igual, pero pico. Haré como que no me afecta.

PERO ES QUE YO LO HUBIERA QUERIDO TANTO HUEÓN.

Solté un par de lágrimas al pensar eso.

**

Salí del baño a los 5 minutos y con mucha prisa. Necesitaba a la Nacha urgente.

Ellos seguían ahí por lo que caché, pero poco me importó ya que quería mandar todo a la mierda.

La Daniela me miró victoriosa. Ella sabía que me gustaba el Benja hace rato. Antes éramos amigas y yo le contaba todo, hasta que apareció la Nacha a mitad de año y ahí fue cuando me di cuenta que la Daniela era terrible falsa.

Toque la puerta de mi sala llamando la atención del Benja.

Moví el pie nerviosa mientras me sacaba los cueritos del labio. Miré al Benja y seguía mirándome.

Lo miré normal ya que él que iba a saber que me rompió mi corazoncito:(

**

—Señorita Riquelme, la clase comenzó hace rato por si no se dió cuenta.—ironizó, les presento a la vieja de Religión.

—Ya, ¿y?—le respondí terrible pesá. No andaba con ánimos ni pa soportarme a mi, y menos a esta vieja culiá.

Todos los sapos de mi curso me miraban, los odio putos.

Dígame porqué llega a esta hora antes que la anote.—uhh, mea hueá.

—¿Y qué le importa a usted?—la mande a laar, estaba chata de todo y quería puro irme a mi casa.

La cara de la vieja fue épica, parecía Tronchatoro y estaba a punto de sacar humito por la nariz.

Me caía tan mal. Me hizo la vida imposible desde 1ro por puro que le pare los carros a su caga de hija.

—Váyase inmediatamente a la inspectoría.—la rabia y odio en su voz era muy notoria.

Pero adivinen qué; NO ESTABA NI AHÍ.

Salí y pa molestarla más le hice un signo de amor y paz con las manos y le tiré un besito.

Les juro que quería pegarle al primero que se me cruzara.

**

—Por la profe Sonia, ¿cierto?—me preguntó la inspectora apenas entre. Asentí con un ligero movimiento de cabeza.

Me tiré como saco de papas encima del sillón de la inspectoría.

—¿Qué pasó, mi niñita?

préstame goma, porfa. [CANCELLED] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora