Puddifoot || Hansy

Pudifoot's

I

Harry se apareció en Hogsmeade, ese lugar le traía un mar de recuerdos, hacía mucho que no lo pisaba, y tenía sus razones para no hacerlo, así que le sorprendió al verlo mucho más cambiado de lo que habían sido sus años de Hogwarts.

Avanzó tranquilamente, observando con mucha atención en el lugar, pero su vista se quedó en la joven de cabello negro hasta la barbilla, ojos verdes y piel blanca, sabía que la conocía de algún lado, pero no podía recordar de dónde.

La joven, que salía del correo, levantó la vista hasta él, hizo una cara de disgusto y se alejó sin más, logrando que con eso él le siguiera con la mirada hasta que se perdió de vista.

El chico avanzó hasta las tres escobas, ahí se había quedado de ver con Rosmerta, que quería pedirle un enorme favor referente a la seguridad del pueblo, así que no podía negarse.

II

Aceptar ayudar a Rosmerta trajo como consecuencia que Harry tuviese que pasar más tiempo en Hogsmeade, logrando ver pasar a la joven algunas veces, pero preguntar por ella, era un arma de doble filo, atraería las miradas para ambos, y apenas Rita Skeeter había dejado de emparejarlo con medio mundo mágico, y no quería que la acosaran por una simple curiosidad, decirle a Ron, no se sentía cómodo con ello, principalmente porque la familia de su amigo, creían que Ginny no había superado su enamoramiento con él, cosa que ya no pasaba, desde hacía años, que Ginny le veía de una manera fraternal, claro que era complicado que los demás lo entendieran.

—Vaya, vaya, Potter ¿en qué tanto pierdes él tiempo? –se burló Ron, golpeándole el hombro.

—En nada, solo pensando en los lugares donde no hemos patrullado todavía.

—Bueno, Aberforth ya nos dijo que dejáramos de merodear por él Cabeza de Puerco, que cualquier cosa que pasara él se haría cargo.

—Sí, supongo que puede hacerse cargo.

—No es tan viejo –río Ron.

—Lo dices porque sigue siendo igual de alegre, supongo –soltó con sarcasmo Harry.

El pelirrojo negó divertido, observó a su alrededor y después a su amigo, que en efecto, algo le ocurría pero no se animaba a contarle, así que decidió iniciar él.

—Voy a proponerle matrimonio a Hermione ¿qué piensas?

—Que ya te has tardado bastante en hacerlo, creí que se casarían en cuanto ella terminara Hogwarts.

—Bueno, si queríamos, pero... No sé qué pasó –admitió.

—Te diré qué pasó, enfermó padre, y no quisieron hasta que mejorará, ahora, ya mejoro.

—Buen punto, ahora ¿qué es lo que te ocurre a ti?

—Dime ¿dónde no hemos revisado?

—Tu lugar favorito no hemos revisado.

—Vamos, Sortilegios Weasley fue lo primero que visite al venir aquí.

Ron chasqueó la lengua y sujetó a su amigo del hombro, haciéndolo girar. —Yo hablaba de tu otro lugar favorito.

Su mejor amigo señaló la fachada rosa con letrero verde a lo lejos, haciendo que pusiera mala cara, había preferido olvidar la existencia de ese lugar, lo odiaba, la escena que le había hecho Cho en ese lugar seguía vívida en su memoria, además, el recordar los lazos y toda esa ridícula decoración, lo hacía querer vomitar.

—Ah, no, no, no. Olvídate de eso.

—Tu preguntaste, además, si me ven entrando ahí, le dirán a Hermione, y ya sabes cómo se pone, no quieres ser el causante de la ruptura de tus mejores amigos ¿o sí?