Cap.1

213 16 10
                                    

Cuelgo sin dar más explicaciones y seguidamente me quito el pañuelo de la cabeza, en un símbolo de libertad. Camino hacia la Torre Eiffel mientras me voy abriendo la gabardina, respirando profundamente, llena de vida. Rezando con todas mis fuerzas para que Saúl deje de buscarme y así empezar todos, una nueva vida. Que ellos sean felices y yo pueda olvidarme de él.

Matamoros quién me espera apoyado en el muro del puente más cercano observando los barcos que navegan por el río Sena, me mira y apaga su cigarrillo.

- ¿Todo bien Doña? -pregunta mientras se cuadra de hombros.

- Perfectamente Matamoros.

Hago una mueca que intenta ser una sonrisa y me apoyo en el muro.

- ¿Está segura de lo que ha hecho?

Me mira mientras que yo me pierdo observando a mi alrededor. París es tan bonito...y no se parece a México, desde que llegamos no dejo de obligarme a pensar que es un lugar ideal para comenzar de nuevo, pero no puedo evitar sentir anhelo de mi ciudad y de ...Más cuando me han informado de que ha estado buscando e investigando desde que fingí mi muerte.

- No, pero creo que es lo mejor para todos.

-Yo creo que ese hombre no va a dejar de buscarla.

-Lo hará, todo está muy reciente, pero pronto dejará su búsqueda y se centrará en su felicidad y en la de mi hija, o eso espero.

-Creo...

El buen humor que había sentido minutos antes se está evaporando cada vez más y tengo que interrumpirlo para que no me enfade más. Ahora lo miré encarándolo.

-Yo creo que es suficiente... no me apetece hablar más del tema. Voy a dejar las cosas así, y no quiero que vuelvas a mencionar a nadie de mi pasado ¿entendido?

Me salé de manera brusca, soltando el aire e intento relajarme contando hasta 10. Él no, él no se merece que lo trate mal después de todo lo que ha hecho por mí.

-Mejor será que nos vayamos a esa pastelería que está cerca del apartamento, tengo antojo de uno de esos dulces, tan ricos. Vamos Matamoros te invito a un té parisino.

Matamoros me mira con una dulzura impropia de él y me apetece asesinarlo, pero sé que no puede evitar ponerla desde que me enteré de la gran noticia. En lugar de eso, rio y el ríe conmigo.

Este hombre se ha convertido en parte de mi familia. Le doy una palmadita cariñosa en el brazo y él me lo ofrece a modo de ayuda.

-Puede que esté embarazada y enorme, pero sigo siendo Altagracia Sandoval.

El ríe y retira su ayuda, y uno al lado de otro, nos vamos hacía la pastelería.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Siento la arena en los pies y una sensación de bienestar inunda mi pecho. Miro la desierta playa y tengo ganas de correr y gritar de felicidad. Vuelvo a estar en casa, ahora en Veracruz, en la playa que tantos buenos momentos me dio siendo joven e inocente. No existe nada, no hay recuerdos, no hay dolor....

Sigo caminando unos metros y me paro al ver una concha en la orilla, la cojo y la observo, brilla al sol y me deslumbra, lo que me hace cerrar lo ojos.

-¡Altagracia! ¡Altagracia!

Oigo mi nombre de forma desesperada y al abrir de nuevo los ojos, me encuentro con Saúl a lo lejos, que ha aparecido de la nada corriendo hacía la orilla, lleva la ropa que llevaba el último día que lo vi, la ropa de su boda con Mónica.

To już koniec opublikowanych części.

⏰ Ostatnio Aktualizowane: Feb 14, 2019 ⏰

Dodaj to dzieło do Biblioteki, aby dostawać powiadomienia o nowych częściach!

Volver a casa: La Doña 2Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz