Porque la amo || The Promised Neverland/Yakusoku No Neverland||

Capítulo único

Sin ser capaz de controlar mi respiración, seguía corriendo a través de los innumerables árboles del bosque. Tomé el arma con firmeza mientras saltaba algunas raíces.

No cierres los ojos. No pienses.

Si piensas en ello, perderás. Te atraparán. Morirás, justo como...

Mi agarre comenzó a temblar y me sentí notablemente debilitado. Su nombre no dejaba de aparecer en mi cabeza, su rostro, su sonrisa. Todo el tiempo que vivimos juntos, cuando aún eramos felices.

Momentáneamente los había perdido de vista, no escuchaba ningún sonido a mi alrededor, por lo que aproveche para escalar un inmenso árbol.

Ya con una vista aérea de mi alrededor, confirmé que me habían perdido el rastro.

Tenia suerte, demasiada para mi gusto. Planear un escape en tan poco tiempo, con tan pocos recursos, ¡Ni siquiera esta bien planeado!

Me encontraba en un dilema entre si agradecer o maldecir a Emma, pero solo reaccioné dejando caer algunas lágrimas de desesperación que aparecieron en mis ojos.

La noche no tardó en llegar y ni siquiera bajé del árbol, lo que menos quería es comer. Solo tenía náuseas.

Náuseas al recordar como todo esto se fue al demonio.

Náuseas al saber que era perseguido.

Náuseas al recordar su cuerpo inerte.

Me sentía tan débil, ¿Cuándo me había acostumbrado al apoyo emocional que Emma me brindaba? Ahora era completamente dependiente de ella.

Al dormir, solo podía ver una gigantesca e interminable obscuridad de la cual ya me había acostumbrado. Sin embargo, por primera vez escuché gritos. Me tomó un tiempo darme cuenta de que salían desde lo más profundo de mi garganta. Coloqué ambas manos en mi cabeza y tiré de mis cabellos en un intento de despertar.

Recuerdo esto. Yo viví esto.

Abrí los ojos para encontrarme con un charco de sangre, y una espada clavada en su pecho.

La mirada sin brillo de Emma, la cual me veía. Ni siquiera tuvo tiempo para luchar por su vida, para correr o para evitar la espada.

Desperté de un salto que casi provoca mi caída.

No recuerdo haber llorado así en mi vida, después de todo, no solía ser muy expresivo. Pero ya sentía que era inevitable.

La frustración, la ira, la tristeza, la decepción y el cansancio. Los sentimientos negativos me invadían, pero esta vez, no había nadie a mi lado.

Emma estaba muerta, y debía afrontarlo.

El resto de nuestra gran familia, todo lo dejamos atrás. Absolutamente todo.

Don, Gilda, ¿Qué estarán pensando ahora? ¿Estarán preocupados por nosotros?

¿Thoma y Lani seguirán con una gran sonrisa en sus rostros?

Oliver, la carga que llevas en tus hombros es increíble, vaya que aprendiste mucho de Lucas.

Yuugo, cuida a Emma, por favor.

Mis manos estaban temblorosas mientras sentía que en cualquier momento podía caer, ¿Hace cuánto tiempo que no como algo? Mataría por una simple fruta.

Bajé hasta pisar la firme tierra que se encontraba bajo mis pies, pero de todas formas, aún podía dar unos cuantos pasos sin sentir que todo a mi alrededor daba vueltas.