Chapitre:Veintitres.

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-Me asustaste.

-Lo siento, ¿Que haces tan noche aquí afuera?

-No podía dormir... Y me quedé sin leche.-Agitó la caja.-¿Y tú?

-Salí de una junta con mis abogados.

-¿Cómo va lo de Kate?

-Hee... Tuvimos una reunión y se disculpo, no sabia que su ex novio había echo la transferencia de mi lap a su tarjeta.

-Bien...

-Todos merecen una oportunidad ¿No es así?

-Supongo.

Y el silencio se hizo presente, para Rami estar cerca de Gerald era como hablar en monosílabos. Últimamente se la pasaba perdida en su cabeza. Ya no se oponía a absolutamente nada pero tampoco daba ideas.

Antes de enredarse en uno con el otro, Rami veía a Gerald reír y jugar con sus hijos. Pero ahora no, se la pasaba dormida en el sofá o aferrada en el brazo de Bruno cada vez que iban a comer.

Prácticamente era un mueble más en la casa.

-¿Te importa si pasó?

Se encogió de hombros, bajo del auto y camino a su casa, abrió la puerta y entraron.

-¿Tienes vino?

Silencio.

-¿Agua?

Silencioso.

Rami se mordió la lengua, suspiro cansado. Gerald sirvió un baso de leche y la bebió.

-Ahí están los vasos, no tengo nada de alcohol y si quieres café, en la gabeta derecha está.

Paso por su lado con el plan de ir a dormir pero él la detuvo.

-¿Que sucede?

De nuevo el silencio.

-¡MALDITA SEA GERALD! ¡NO SOY ADIVINO!

-¡NO ME GRITES SAID!

Ambas miradas chocaron, y se besaron apasionadamente. Entre risitas y arrumacos, ambos se fueron a la cama.

La noche era tan tranquila, no había ambulancias ni carros pasando. Tenía mucho tiempo que Rami no dormía así que observó a Gerald descansando en su pecho, se acerco a ella y Le beso la frente.

Ella se movió un poco y le dio la espalda alejándose de él, Rami sonrió un poco y se levanto al baño.

Entonces Gerald gritó. Sintió que una mano apretó uno de sus muslos.

-¿Quién eres?. ¿Qué quieres?.-Gimió. La única respuesta que recibió fue el silencio.-Por favor.-Lloriqueó.-¿Qué quieres de mí?. No tengo dinero.

La de mano Rami acarició su muslo acercándose peligrosamente a su entrepierna para luego jugar con un pecho, retorciendo suavemente y tirando del pezón.

- Por favor, por favor, no.-Cesaron los movimientos.-Gracias.-Susurró.-Gracias.

Su alivio resultó efímero. La mano estaba sobre su muslo nuevamente. Insistentemente, deslizó un dedo hasta el borde de sus labios vaginales. Entonces el dedo la recorrió. Geradl lloriqueaba como un cachorro castigado. Ella estaba aterrada, sabía que su cuerpo estaba respondiendo. Lo odiaba, pero el erótico dedo que la estimulaba suavemente, la calentó. Podía sentir que estaba poniéndose húmeda y, ¡Oh No!, estaba abriéndose a ese dedo.

Se introdujo sin resistencia dentro de ella. Recibió un shock que recorrió todo su cuerpo cuando tocó su clítoris. Tensó su cuerpo y comprendió, con desesperación, que había empujado sus caderas.

NENA DE PAPI. (TERMINADA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora