Reflexión

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Me encontraba en el ultimo piso de un edificio, desde allí podía presenciar la vista de la ciudad en horas de la noche, se alcanzaba ver desde esa distancia los destellos de las luces de calles, avisos publicitarios, las de los carros particulares y de los medios de transporte público. Vista muy agradable a los ojos, pero por un momento le preste atención a todas las personas que se movilizaban, unas con tranquilidad otras de manera apresurada, lo común es que cada una a su propio ritmo sigue luchando con sus problemas e idealizando sus metas llegando a ellas sin dejarse vencer por ninguna frustración o sufrimiento que en ocasiones provoca la vida, quiero decir que este mundo en el que vivimos necesita de valientes y que si te llegas a sentir solo date un paseo por la ciudad con apenas ir en el bus te darás cuenta que no eres el  único en esta batalla, tal vez tengas la oportunidad de conocer historias de vida que son peores de personas con una enfermedad terminal y aun así siguen dando todo su esfuerzo por vivir, o de experiencias bastante pesadas pero están dispuestos a salir adelante. 

Cada ser humano tiene un pasado, una historia pero evadiendo cualquier problema es él mismo quien decide voltear pagina y escribir unas nuevas vivencias disfrutando de cada una de ellas o simplemente cerrar un libro que el único que puede impedirlo o volver abrirlo es nuestro creador el Dios altísimo.          

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