Juan 11:43 Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera!

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11:43 καὶ ταῦτα εἰπὼν φωνῇ μεγάλῃ ἐκραύγασεν Λάζαρε δεῦρο ἔξω

Fue un desgarrador grito,  ya que era necesario un grito  fuerte y que de una vez el miedo fuese despejado, para dejar salir al hombre que yacía hace unos instantes pudriéndose.   El olor impregno el ambiente, todos se fueron apartando ante esa visión, de un hombre vendado.  Pero él que había realizado el llamado y la invocación, fue preciso  en dar la otra orden....Desátenlo y déjenlo ir.

El hombre que había despertado de nuevo a la vida,  le era necesario volver aprender a caminar, a moverse con soltura, mientras tomaba posesión de su cuerpo.  

Se fue lentamente arrastrando junto a sus hermanas, medio desnudo, sin importarle y sin sentir las piedras en el camino y sin ver.  Las hermanas le fueron contando sobre su muerte, sobre su entierro y sobre como había logrado despertar.

El iba dejando a su rastro su olor nauseabundo, su olor a podrido y a carne descompuesta, que su hermanas iban analizando como suavizar.   

No podían pedir más,  el milagro caminaba junto a ellas, si eso se podía llamar caminar?

Lázaro:  El primer zombieWhere stories live. Discover now