Minimos detalles

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- Para empezar, no tengo 8 años. De ahí que me las apañe tan bien, pero no tan bien como crees. Si no recuerdas mal, en el mundo real, yo estaba muerta. Y aquí también, solo que aquí soy de carne y hueso.

-¿Donde fuiste anoche?. -le pregunté.

Cerca de aquí, hay una torre altísima con forma de una estatua de mujer, echa de un material que desconozco. Un águila de metal gigantesco de unos 15 metros de alto, custodia esa torre. En su interior, alberga una niña de rasgos asiáticos de 19 años llamada Chao Feng.  Te preguntaras por qué Feng está encerrada en esa torre. Pues bien, Feng tiene la habilidad de entrar en las mentes y recuerdos de los demás, y poder interactuar en ellos como si fuese el presente para así poder cambiar el mundo a su gusto. Por suerte, es una niña muy noble y en ningún momento haría daño a nadie pero, si cayera en manos equivocada, podrían utilizarla para fines malvados. Por ese motivo esta aislada de cualquier persona que le rodea. Sus padres la encerraron allí cuando tan solo tenia 3 años. Por supuesto esta siempre vigilada a todas horas y nunca le falta de nada gracias a los empleados de sus padres. Sus padres fueron asesinados por Sebastian, intentando hallar la manera de entrar para secuestrar a Feng. Como imaginaras, no a tenido la oportunidad de conocer a nadie en persona, solo a su águila.

En cuanto alguien se acerca demasiado a la torre, el gigantesco águila reacciona, y comienza la caza del intruso. Anoche el águila volvió a despertar para cazar al intruso. Ese intruso era Sebastian.

Pero ni el poder de Sebastian puede parar a esa bestia cuando inicia su caza. La única salvación es alejarte de la torre. Solo Feng con una flauta especial es capaz de controlarla.

-¿Qué eran esas botellitas que cogiste de la estantería? - le pregunté.

+Por ahora no puedo decírtelo, he hablado demasiado. Espero que me entiendas. Cada cosa a su tiempo.

Ahora continuemos con el entrenamiento.

No imaginaba nada de lo que me contó.

Comenzamos con el entrenamiento, esta vez era la agilidad.

Después de pasar toda la mañana entrenando, paramos a comer. Al terminar de almorzar, mas sección de cerbatana. Me quedé observando la cerbatana y las letras que tenía parecía poner "E.E". Pero parecía estar deformadas las letras, como si las hubiesen modificado.

Después de unos días así, y sin ningún contratiempo, decidimos ponernos en marcha. Decidimos ir a coger la llave que tenía Meryl y Sebastian. Esta noche saldrían en busca de Feng y sería nuestro oportunidad de entrar.

Bien entrada la noche, nos dirigimos a casa de Meryl. Por el camino iba recogiendo flores con espinas, las mismas con las que me pinché y quedé paralizada, quité con cuidado las espinas y se las añadí a los dardos de la cerbatana. Leer libros también te ayuda a moverte mejor conociendo tu entorno. Al fin lleguemos a esa dichosa casa. Había guardias por todos lados. Rodeamos la casa en busca de una entrada pero todo estaba bien vigilado.

-¿Y ahora que?. -le dije. -¿Alguna idea para entrar sin llamar la atención?.

+Si. -respondió-. Sígueme. Hay una alcantarilla por fuera de la casa que dá a su sótano, una pequeña despensa.

Nos alejamos un poco de la entrada trasera de la casa y efectivamente había una alcantarilla, pero habían dos guardias  vigilándola.

-Encárgate de ellos, no podemos fallar, yo lo distraeré, tu acaba con ellos.- susurró Priscila

Necronomicon. El poder del libro malditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora