Para esto sirve el Amor

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El sonido de las piedrecillas bajo sus zapatos sonaba como huesos rotos

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El sonido de las piedrecillas bajo sus zapatos sonaba como huesos rotos. No estaban lejos de South Park. Tal vez podría ir por un momento antes de que amaneciera. No tardaría demasiado. Solo necesitaba despejar su mente por un momento, alejarse de todo lo que había construido y fingir que seguía siendo el de antes. Un poco del niño que dibujaba arañas sonrientes y algo del joven que usaba colmillos falsos.

- Por fin eres libre.

No...

Ya no debía temer ser herido. Por fin podía moverse donde deseara sin la desesperación urgencia de volver a su hogar y la protección que los suyos implicaban.

- Ahora estamos a salvo y juntos.

Sangre...

Aún podía saborear la cálida sangre en su boca hasta haberla drenado por completo, podía sentir la fuerza y resistencia de su cuerpo elevarse desde el centro de su ser, pero ¿A qué precio...?

- El mundo por fin no representa un peligro para nosotros.

Sus pasos se detuvieron. La luna llena iluminaba el descenso de la montaña, pero aun así ambos podían ver perfectamente bien desde dónde estaban parados. Más aún, sus ojos por fin podían apreciar cada minúsculo detalle con un lujo increíble. Su compañera era hermosa y cruel al mismo tiempo. Pálida, tenebrosa y carmesí. Desde el inicio ella había nacido para ser lo que era. Mucho más que él, obviamente. Ahora por fin lo entendía, esta criatura nocturna a su lado surgió para ser una espada afilada o una reina, pero en su lugar había aceptado estar debajo de su mando y arrodillarse ante sus órdenes.

- Bloodrayne. –murmuró.

Al final...

Ella sonrió divertida, la mueca de los labios intensamente rojos reveló los dientes afilados y los colmillos largos.

- Casi una década sin oír ese nombre. –contestó ella- ¿Entonces debo decirte Vampir? –pero inmediatamente rodó los ojos- Ese nombre es tan... primer correo electrónico o nombre de usuario inventado por un niño. Pero... eso éramos. Niños. Jugando. Aunque Rayne me gusta. –levantó la mirada al cielo nocturno- Tal vez inicie nuestra nueva vida llamándome así: Rayne. Creo que a él le gustaría eso ¿Verdad...? Que iniciemos juntos con una celebración.

Ahora eran los monstruos que la gente temía. Aún en esas ciudades de montaña, las personas mantenían viejas tradiciones. Las leyendas se hacían realidad y los pueblerinos intentaban evitarlos, colgando cosas fuera de los hogares y rezándole al Dios incorrecto en la mayoría de casos. Pero casi nada funcionaba. Mucho más después de esa noche. Ellos era inmortales.

- Mike. –pidió Katie- Hay que volver, el resto debe estar preocupado.

- No.

Al final él le rogó...

Deuda de Sangre  «South Park» [Pike]Where stories live. Discover now