Capítulo 1.

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YoonGi: 5 años.

Jimin: 4 años.

~•~•~•~

Si por YoonGi fuera, se quedaría pacíficamente descansando en su cama, pero aquella angelical voz de su madre lo despertó sin pleno aviso y lo apuró a ir al jardín de niños, algo que para el pálido, era el lugar más fastidioso del mundo; lleno de gritos, mocos, babas e irritantes vocecitas de escuincles con exceso de energía. El delgado niño comprendía que el sueño de su madre era que esté se superara, pero, ¿Tenía que ir forzosamente a estudiar con niñitos un año menor que él? Claro, era obvio que sí, ya que su madre no tenía el dinero suficiente para meterlo antes. No es como sí ahora estuvieran mejor, sin embargo, está vez su madre pudo conseguir un trabajo de medio tiempo para mantenerlo a él y a sus 3 hermanos menores, uno de 3 años, otro de dos años y el que venia en camino, en efecto, la familia de YoonGi es numerosa.

—Vamos, corazón, necesitas ir a la escuela. Sabes que mami y papi desean que seas alguien en la vida. —Mencionó dulcemente su madre a la par que sacudía cuidadosamente el hombro del pálido, a lo que recibió un quejido. —Min YoonGi, si no te levantas ahora mimo, tiraré tu kumamon a la basura. —Y como si eso fuera un interruptor, YoonGi salió disparado de la cama. Su madre sonrió y comenzó a vestirlo y peinarlo como era debido. —¡Qué hermoso mi hijo!

—¡Mamá! —Chilló.

—Ya, ya. Sé que eres un niño grande. —La fémina soltó una pequeña risita antes de salir del cuarto de su hijo mayor, puesto que había escuchado el pequeño llanto y grititos de sus otros hijos, a lo que YoonGi bufo. Si ya tenia que aguantar mocos y berridos en su casa, ¿Por qué tenía que hacerlo también en la escuela? En fin.

Min dio un saltito para bajar de su cama, tomar su peluche favorito y meterlo en su mochila, bajo hasta el comedor donde su padre tomaba apresuradamente su café para irse a su trabajo. El padre de YoonGi era un hombre amable y trabajador, laboraba como chofer de una empresaria muy importante, (como es que le explicaron), sin embargo, siempre intentaba estar para su familia.

—¡Hey, campeón! Mucha suerte en la escuela. —El padre de YoonGi se colocó de cuclillas frente a él y beso dulcemente su frente, tras de ello, tomó la pequeña mano del pálido y deposito en esta dos de los caramelos favoritos de esté. —Shh, no le digas a mami que te los di, ya sabes que ella piensa que estos gastos son innecesarios y bla, bla. Guarda los bien, debo irme, cuida a mamá y a tus hermanos, te amo. —Dio una suave sacudida al cabello de Min, se despidió de su esposa e hijos y salió disparado por la puerta.

—YoonGi, vamos, toma tu leche y cereal para irnos, se hace tarde. —Recordo la mujer a su hijo mientras alimentaba a los hermanos de Min.

—Voy. —YoonGi devoró su desayuno en menos de tres minutos, cepillo sus dientes y tomo la mano de su madre, algo verdaderamente difícil, ya que la mujer tenia que sostener a dos pequeños más.

~•~•~•~•~

—En cuanto llegaron a la puerta de la escuela, Min beso la mejilla de su madre y entró a la escuela lo más calmado posible, a diferencia de sus compañeros, quienes corrían despavoridos, suspiró y se dirigió a su salón de clases. Los gritos y demás no sé hicieron esperar, provocando que YoonGi se sentara hasta el último pupitre y tapara con sus diminutas manos sus oídos.

—¡Buenos días, niños!
Exclamó aquella mujer que portaba un babero con manos pintadas y una gran sonrisa. YoonGi pensaba que quizás a la mujer le dolía la boca y por eso no paraba de sonreír.

—¡Buenos días señorita Choi!

Musitaron al unísono todos sus compañeros y como si fueran soldaditos, se pusieron de pie y guardaron silencio, algo que infinitamente agradeció YoonGi.

—Hoy tenemos un nuevo compañerito. —La mujer dijo luego de que fuera por un pequeño niño de mejillas regordetas y puchero en los labios. —Vamos, corazón, presentate.

—M-mi nombre es Jimin...

—¡Hola Jimin!

Exclamron nuevamente al unísono aquellos niños con mocos, como era que los llamaba YoonGi.

El pequeño Jimin sonrió tímidamente y después de escuchar la indicación de su maestra, camino apresuradamente a su lugar, a lado de aquel pálido niño con cara de fuchi.

-Umh...Hola. -Saludó Jimin, ya que su madre siempre le había dicho que debía ser amable, sin embargo, no recibió de respuesta más que un "mh" de aquel pálido. Quizás no todas las personas eran amigables como él creía.

Continuará...

¡Hey, pequeños terrícolas! Yo sé que me he desaparecido muchísimo tiempo y que en vez de actualizar mis otras historias, publicó otras, pero la verdad es que he estado demasiado ocupada con la universidad y como comprenderán, las otras historias tienen capítulos largos que toma tiempo planear...está obra contiene capítulos cortos, por eso me animé a escribirla ya que es más probable a que la actualice por lo mismo, además de que tenia muchas ganas de esto. No sé si alguien lea esto y agradezco a quién le de la oportunidad, de todas formas quiero aclarar que continuaré con las otras obras que tengo, lo prometo.

Att: La patética y depresiva autora. :)

¡Hey, llorón!Where stories live. Discover now