Capítulo 1.

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Hyungwon llegó a las 8:30 am a la cafetería. Como todas las mañanas, pidió su café negro bien cargado y unas tostadas con huevos revueltos. La amable mesera le sonrió luego de anotar su pedido, aunque no hacía falta, ya que recordaba el pedido del chico.

Luego de unos minutos, su orden estaba en su mesa, así que comenzó a desayunar tranquilamente. Miró el reloj en su muñeca: 8:45 am. Se enderezó en su asiento y esperó a que la conocida campana de la puerta sonara.

Y allí estaba, el hombre que robaba sus sueños más profundos y húmedos. Tenía el pelo de un color rubio platinado, casi blanco, y su piel era muy pálida. Llevaba un elegante traje negro de tres piezas y un maletín marrón en la mano.  Hyungwon no pudo evitar suspirar al verlo entrar al lugar. Era dolorosamente guapo, y su voz le provocaba corrientes eléctricas en la espalda. El hombre se dirigió a la barra de la cafetería y se sentó en uno de los taburetes. Pronto llegó la mesera, llamada Mary, y tomó su pedido. Hyungwon podía recordar exactamente lo que el hombre pedía todas las mañanas: café con leche acompañado con 2 croissants.

Desde su mesa, Hyungwon solo veía su espalda ancha, sus piernas musculosas y su gran trasero. Su traje parecía a punto de explotar cuando el hombre estiraba sus brazos. No es que a Hyungwon le molesten esas vistas, pero desde allí no podía escuchar la conversación del hombre con Mary. Estaba enojado por estar sentado en aquella mesa de la esquina, en vez de estar en la mesa que siempre usaba, la que estaba al lado del hombre. Desde esa mesa podía escuchar lo que el hombre hablaba con Mary, aunque nunca pudo escuchar su nombre.

A pesar de que le gustaba escuchar las conversaciones entre esos dos, se sentía estúpido por no ser él quien charlaba amistosamente con el hombre. También se sentía idiota por no saber su nombre. Sabía miles de cosas del musculoso: cual era su auto y la patente de este, sabía que estaba soltero, sabía que era un abogado muy bien pagado, sabía que comía en esa cafetería pequeña porque las cafeterías lujosas y sofisticadas no eran lo suyo, etcétera. Pero no sabía algo tan simple como su nombre o su edad.

Aunque había otra cosa que preocupaba más a Hyungwon: su orientación sexual. Realmente necesitaba saber si aquel espécimen hermoso se interesaba por los hombres, y si se interesaba en Hyungwon de la misma forma que este se interesaba en él. Realmente no podía dejar de pensar en ese hombre con cuerpo entrenado y voz sensual. Tanto era su deseo por él, que cada mañana llegaba 15 minutos antes para poder esperarlo y verlo, aunque a él le faltaran 2 horas para entrar a su trabajo. Luego de unos días de no poder apartar su mirada de él, Hyungwon aceptó que tenía un pequeño crush con el hombre.

Volvió a suspirar recordando que en solo 20 minutos, el hombre se iría y él tendría que esperar hasta el día siguiente para verlo. Comenzó a pensar en formas de poder conocerlo, o simplemente saber su nombre. Nada se le ocurría hasta que su mirada se dirigió a Mary. Hyungwon quería golpear su cara contra la mesa blanca por no haber pensado en ella antes. Mary hablaba todos los días con él, ella debería saber su nombre, ¿no?

Luego de 20 minutos exactos, calculados correctamente por Hyungwon, el hombre dejó dinero en la barra, tomó su maletín, se despidió de Mary y se fue con una sonrisa. Esa sonrisa que mataba al muchacho delgado que lo observaba todos los días. Ese mismo muchacho, se levantó tratando de parecer calmado, dejó dinero en la mesa para pagar su pedido y se acercó a Mary. Puso su mejor cara de amabilidad y dijo:

—Mary, ¿puedo preguntarte algo?

Ella lo miró con curiosidad mientras asentía.

—El hombre que se fue recién, ¿es un abogado reconocido? Creo que lo he visto en algunos periódicos.
— Sí, es un abogado importante, ¿Por qué preguntas? – Mary lo observaba extrañada.

Hyungwon tragó saliva y respondió:
— Una prima mía necesita un abogado urgente, y él parece uno de los mejores. Por casualidad, ¿sabés su nombre?

El muchacho cruzaba los dedos detrás de su espalda, pidiendo que la rubia supiera. No quería parecer desesperado, pero se sentía así.

— Su nombre es Shin Hoseok – Dijo amablemente. Hyungwon hizo una leve reverencia, agradeciéndole y salió de la cafetería.

Shin Hoseok
Shin Hoseok
Shin Hoseok

Hyungwon casi se podía imaginar gimiendo ese nombre. Esa noche sí que tendría un buen sueño húmedo.

Regalo//2wonTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang