Él solo quería ser algo.
Porque en realidad no era nada.
Y no ser nada duele.
Porque en realidad no importaba.
Y le dolía, muchísimo.
Estaba solo.
Él contra el mundo, todo el mundo.
Silencio tras silencio.
Noche tras noche.
Cigarrillo tras cigarrillo.
Acabó por consumirse.