Capítulo 3

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Me levanté de la cama, caminé al baño que está dentro del cuarto y me limpié lo más que pude.
Recogí mi ropa y me empecé a vestir otra vez, arreglé mi vestido lo más posible, retoque mi labial y así lo hice 5 veces esa noche.
Eran las 4:30 de la mañana y salí del club, hacía frío y no llevaba suéter. Abracé mi cuerpo lo más posible para guardar calor mientras esperaba un taxi.
Pasaron 10 minutos y seguía esperando. Hacia demasiado frío, no podía seguir ahí, tenía que irme caminando.
Caminé medio rápido hacia mi casa, podía ver que no había nadie y trataba de evitar los callejones.
Mi casa quedaba a 30 minutos caminando y sabía la ruta perfectamente, llevo haciendo esto mucho tiempo.
Llevaba la mitad del camino recorrida y trataba de apurarme más para llegar a salvó a mi casa, tenía tantas ganas de llegar y tirarme en mi cama a dormir y jamás despertar otra vez. Jaja, ¿entienden? Porque me quiero morir, bueno ya.
Para llegar a mi casa había dos rutas, bueno hay más pero casi siempre ocupo dos, una donde es directamente de una avenida y sólo girar a la derecha, y la otra es tomar varias calles, una es donde me violaron ayer, así que decidí irme por la más "corta" que es la de la avenida.
Ya estaba dando la vuelta dirección a mi casa y decidí sacar mis llaves de mi bolsa, las busque rápidamente mientras seguía caminando, sentí todas las cosas de mi bolsa excepto mis llaves y estaba a una cuadra de mi casa, así que me empeñé más en buscarlas hasta que escuche un tintineo y las saqué.
Mientras cerraba mi bolsa y pasaba la calle donde horas antes había sido violada, no ví un escalón y me caí, que torpe, ¿no?
Me había doblado o hecho algo en la pierna pero me dolía, traté de levantarme pero paré en seco cuando escuchó una voz.
— Vaya, ¿te hiciste daño? — dijo una voz masculina con, ¿sarcasmo?, no lo sé, mientras escuchaba sus pisadas venir hacia mi.
Me levanté lo más rápido que pude y recogí mis llaves que se me habían caído. Caminé directamente hacia mi casa.
— ¿Sabías que es de mala educación no responder una pregunta? — dijo esa misma voz siguiéndome rápidamente, escuchaba sus pisadas aún más pesadas.
Hasta que esa persona me tomo por los hombros y me aventó contra la pared.
No podía creerlo, ¿dos veces en este día? Estaba a sólo dos metros de mi casa, la vida de verdad debe odiarme.
Por el impacto cerré los ojos pero lentamente los abrí y logré ver a un chico de al menos unos 26 años, un poco más alto que yo, era delgado, vestía como los malandros de aquí, ya sabía quién era. Él conjunto de sus amigos eran los que asaltaban a las personas, mierda.
— Si que eres muy bonita, ya veo porque todos quieren coger contigo. — hizo una pausa para mirarme de pies a cabeza mientras con una mano me presionaba del hombro contra la pared. — Aparte eres lista, cobras para que lo hagan.
— ¿Qué es lo que quieres? — le escupí con rabia tratando de alejarlo de mi.
— Hey, hey, relájate sino quieres que las cosas se pongan feas para ti, linda. — dijo mientras con la otra mano sacaba algo de su bolsillo derecho y lo ponía contra mi cintura, sentí algo afilado, verga.
— Exacto, vamos a tranquilizarnos. — dijo tal vez al ver mi rostro de asombro. — Yo quiero algo de ti y tu me lo vas a dar. ¿De acuerdo?
— ¿Por qué si saben lo que hago, no juntan su dinero y simplemente me lo piden?, ¿por qué tienen que hacerlo a la fuerza? — dije recordando lo de la mañana y mirándolo con enojo.
— Así que fuiste tú... — dijo él pensativo.
— ¿Qué?, ¿de que hablas? — pregunté.
— Yo no quiero cogerte... Por ahora. — dijo al final con una mirada llena de perversión mirando mi cuerpo otra vez. — Dame tu bolsa.
— No. — dije firme mientras la ponía atrás de mi.
Sentí más presión a mi costado sintiendo como la navaja atravesaba mi vestido y empezaba a rajar mi piel.
— No hagas algo de lo que te vayas a arrepentir, bonita. Dámela. — volvió a insistir.
No quería dársela, me iba a quedar sin dinero, tal vez sin celular, no podría pagar la renta y los recibos, no tendría dinero para comer, no podía dársela, pero sino se la daba no sé que era capaz de hacerme.
Sentí aún más presión y la navaja penetrando mi costado.
En mi mano derecha tenía mis llaves y en la izquierda tenía mi bolsa detrás de mí espalda, podría clavarle las llaves en el cuello y darle un rodillazo e irme corriendo a mi casa. Era demasiado arriesgado pero no podía quedarme sin comer y tenía cuentas que pagar, sino me correrían de mi casa.
— ¡YA DAME LA PUTA BOLSA! — me grito.
No lo pensé más como pude le enterré mis llaves lo más duro en su cuello, él soltó un grito creo tanto de sorpresa como de dolor y les di vuelta, enterrando más las llaves y luego las saqué mientras él sacaba la navaja de mí y la tiraba al suelo y con las dos manos se agarraba su cuello que estaba sangrando, le di un rodillazo en su entrepierna y salí corriendo mientras escuchaba como su cuerpo se desplomaba al suelo.
Trate de abrir el portón lo más rápido pero las llaves estaban cubiertas de sangre y no podía reconocerlas, hasta que encontré la que era y logre abrir la puerta, me adentré lo más rápido y subí las escaleras, me dolía mucho a un costado del vientre que es donde me había acuchillado y puse mi mano ahí para calmar el dolor lo cual lo intensificó, la retire y ví que tenía demasiada sangre.
— ¡AYUDA!, ¡AYUDA!, ¡AYUDA!— empecé a gritar con desesperación mientras tocaba cada una de las puertas.
Sentía que me debilitaba cada vez más así que empecé a gritar aún más fuerte, me iba tambaleando entre los pasillos, hasta que me caí enfrente de una puerta.
Sabía que no iba a morir porque peores heridas me había hecho yo misma para suicidarme pero de verdad no quería morir así, era mucha sangre.
Seguía pidiendo ayuda hasta que esa puerta se abrió y vi sombras, creo balbucee lo que había pasado hasta que ya no resistí y me desmayé.

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⏰ Last updated: Mar 31, 2019 ⏰

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