Re en Abril

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Re dormía sobre la alfombra del salón bajo el sol dorado de abril mientras Raoul terminaba de planchar una camisa. Disfrutaban, hogareños, de una tarde de sábado sin más planes por delante que separarse en unas horas cuando Raoul fuera a cenar.

El viernes había sido un día intenso. Aunque Estaré Ahí había terminado el tiempo de promoción, Universal estaba cada vez más interesado en lo que Raoul había compuesto y había empezado a recibir llamadas para ir a conocer a otros compositores. En realidad, sólo necesitaba una canción para alcanzar el EP que quería. Tenía Estaré Ahí como single, Amor y Roma como canción pop-indie, Gris era un poco más amarga y desesperada de lo esperado en la música comercial, Hitting the Loof era intensa y percutida y Nunca Jamás una balada pop clásica. A todas les faltaba todavía reposo y trabajo experto, pero el resultado ya era visible.

Y no era un mal conjunto.

Raoul seguía odiando Amor y Roma y no sabía si podría cantar Hitting the Loof en directo, pero Nunca Jamás era justo lo que había querido componer y Estaré Ahí tenía aquél puntito de apertura de concierto que...

Estaba soñando demasiado alto para tener una plancha en la mano.

El móvil vibró y dejó todo para atenderlo.

Era un WathsApp de su madre preguntándole a qué hora llegaba el lunes. Raoul le contestó, otra vez y ahora por escrito, que llegaría el martes 16 a las doce y media, no el lunes.

Aprovechó para mirar por encima los grupos y terminó en Instagram viendo un vídeo de Pablo bailando en Los Ángeles. Dio un par de likes, se pasó por twitter donde la oleada de mensajes lacrimógenos demostrando cuán apenada estaba la gente por la fecha que se acercaba le revolvió el estómago.

Inquieto, móvil en mano, volvió con la plancha, pero vibró de nuevo antes de que pudiera cogerla: era su madre contestándole y preguntándole por qué no venía el lunes, que tenía ganas de verlo.

Repitió la mentira de que tenía una reunión.

Cansado, meditó un momento y apagó la plancha, la camisa estaba decente. Se tumbó en el sofá.

No sabía por qué había sacado los billetes para el martes y no para el lunes.

Mentira otra vez.

Sí lo sabía, pero no quería admitirlo.

Porque soy gilipollas.

Ese no era el motivo, pero lo explicaba.

Inspiró abriendo los brazos y retorciéndose sobre el sofá. Re, que con los meses había alcanzado casi la constitución de un gato adulto, le saltó encima y le cortó el aire.

— Umph... Eres un gordo... —se le quejó en un susurro.

Dejó que le hiciera patitas sobre la sudadera sucia y usada y se murió un poco de amor cuando empezó a ronronear. Le hizo un vídeo muy de cerca que subió a las stories y que usó de excusa para recorrer las publicaciones y adentrarse en la red de nuevo.

El móvil le vibró un par de veces más y se sintió molesto, pero no quería quitarle el sonido ni aceptar por qué no lo silenciaba del todo. Por suerte, Nerea empezó a darle coba por Whataspp y después Mimi pasó por el grupo de los 16 la maqueta que había elegido como próximo lanzamiento. Era otra vez bastante trapera y Raoul se preguntó si no era ya hora de que sacase una balada... aunque podía ser arriesgado. El concepto de Lola Índigo era un todo indisoluble y con Rosalía haciendo magia, un toque aflamencado que pudiera darle espectáculo de baile a una balada podría ser juzgado muy duramente.

Re en AbrilWhere stories live. Discover now