Cuentos Destripados.

Pecado, pt. 1

Guardo un secreto de confesión que me ha hecho despertar en media madrugada bañada en sudor. Son las 2 AM, hay una tormenta que golpea mi ventana y mi marido duerme profundamente a un lado mío en nuestro lecho de recién casados. Recuerdo la noche anterior: cenamos una pizza que el horneó, brindamos con un vino añejo del año del 53. Nuestra conciencia se diluyó en alcohol dejando que lo único cuerdo nos llevase a bailar descalzos en el vestíbulo. Hicimos el amor, me trató tan dulce como el artista que pinta a su amada. Nunca lo había visto tan amoroso... Tras haber soñado despierta en el cielo de su pecho me volví a dormir para soñar con mi mundo. Nadie me dijo que el vino estaba envenenado, pues mi sueño se vio manchado de un mortal recuerdo. Y no sé qué es peor, si saber que realmente pasó o tener tan viva la sensación del recuerdo en tí. 

Lo que escribo es un secreto de confesión que dejaría sordo al obispo, Dios no me perdonaría. Después de esto haré un acto de contrición y me iré a dormir esperando a que me lleve el diablo...