Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, o al menos eso se dio cuenta Natsu, después de que un antiguo amor que el creía fue y seguía siendo el amor de su vida reapareciera , sin darse cuenta que el amor de su vida siempre estuvo a su merced...
Un gran error es arruinar el presente, recordando un pasado que ya no tiene futuro..
Hoy trataría de de que acabáramos rápidamente de hacerle los últimos ajustes a las canciones que teníamos pendientes, ya que hoy era mi aniversario con Luce 4 años juntos, y 6 meses viviendo juntos, hoy no esperaba una gran noche, ya le tenía un lindo obsequio que consistía en un juego de joyeria y no podía faltar un ramo de rosas azules, sus favoritas.
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- Natsu una señorita te busca - hablo una peli verde, con la puerta entre abierta.
- gracias Bisca, pero ya le dijiste que estaba ocupado y que no podía atenderla - dije sin darle importancia, de seguro era Sherry o Miliana que me acosaban, ellas eran hijas de amigos de mis padres, no me molestaban ellas, si no el echo que buscaban algo más conmigo, sabiendo que yo ya tenía a Luce.
-dice que no se irá hasta que la veas-
- de acuerdo en seguida voy, chicos ahora vuelvo, ay que terminar esto pronto, para irme a casa con Luce - dije mientras caminaba hacia la salida, camine hacia el elevador, marcando el primer piso, después de unos minutos las puertas se abrieron dejándome ver a una cabellera rubia, de espaldas, aún lado de recepción, no pude evitar esbozar una sonrisa, sin duda mi rubia me tenía una sorpresa.
- Princesa ,no era necesario que vinieras, si no salia en 15 minutos yo me marcharía a casa contigo - dije estando a unos pasos de tomarla de la cintura, pero ella fue más rápida poniéndose de frente a mi, dejándome en shock.
- valla, desearía que de verdad esas palabras fueran para mi, me extrañaste bebe? -
- Rebecca?!? , que haces aquí? - Pregunte desconcertado, mi corazón bombeaba a mil, como si de un maraton hubiese corrido, después de tanto tiempo añorar su presencia, ella se encontraba aquí, frente a mi, tan bella, tan radiante, sus hermosos ojos como zafiros, ese aroma que me volvía loco, porque maldita sea debía tener estos pensamientos, cuando por mi mente debería estar cruzando la palabra desprecio y odio, hacia ella, ella que no le importo abandonarme, por alguien con más dinero que mi familia en aquel entonces, no le importo mis sentimientos, no le importo que yo la amaba más que a mi vida, que cualquier capricho suyo yo se lo concedía, que no le importa acostarse con otro en la cama que fue testigo de nuestra entrega de amor, joder con mi mente y mi corazón que solo pensaban en llevarla algún lugar que no fuera aquí para estar a su lado.
