Sebastian Stan | One-Shots

c a s i c a s a d o s (S.S)

-Ow, aquí viene tu chica.-dijo Anthony con una sonrisa pícara mientras codeaba a Sebastian, él empezó a reír tímido.

-Basta, Anthony. ¿Debo recordarte que tu ya estás casado?-preguntó Audrey sentándose en las piernas de su novio rumano mientras él rodeaba su cintura sonriéndole cariñoso.

-Sí, pero somos menos cursis.-se defendió Anthony.-Además, ustedes están comprometidos. En poco tiempo serán marido y mujer.-dijo coqueto.

-Anthony, te necesitamos para la siguiente toma.-mencionó Joe Russo, Anthony asintió y les dedicó una sonrisa a la pareja.

Sebastian besó su mejilla mientras acariciaba la mano de la chica en la cual tenía un anillo con un enorme diamante en él.

-Serás mi esposa.-murmuró el rumano en el oído de la hermosa chica, Audrey sonrió y besó sus labios con amor.

-Seré la señora Stan.-susurró en sus labios, Sebastian sonrió ampliamente.-Diablos, cuántas mujeres quisieran tener ese privilegio.-dijo divertida, el actor rió.

-Saliste ganadora.-carcajeó Sebastian, su novia lo golpeó juguetona en el hombro.

-Ellas me comerán viva.-dijo Audrey levantándose para sacar una lata de refresco del mini congelador.

-Ellas te aman, mi amor. Te han amado durante tres años, ¿por qué te comerían?.-replicó Sebastian mientras la seguía, la abrazó por la cintura y se sentó en el taburete.

-Solamente vine por una lata de refresco, Seb.-se rió Audrey, él se encogió de hombros y la acercó a él.-Además, hay aún muchas que desean mi muerte.

-Eso no significa que te vaya a dejar.-dijo acercando sus labios al cuello de la castaña, la cual jadeó al sentirlo tan cerca.

-Sebby, ¿si sabes que estamos en el set? N-no podemos...

-Sí, bueno, a nadie le importa.-murmuró.

-Eso dijiste la última vez y terminamos dejando a Evans traumado.-mencionó Audrey riendo.

Se volteó quedando cara a cara con su futuro marido. Sonrió mirando aquellos ojos azules que brillaban al verla. Audrey apretó los labios tratando de ocultar su emoción al pensar de que sus futuros hijos tendrían aquella belleza que Sebastian poseía.

-¿Qué tengo?-preguntó el rumano al darse cuenta de la mirada que ella le daba.

-Oh, nada, amor. Solo... -suspiró.-Eres muy guapo.

Sebastian la miró por unos segundos para luego bajar su mirada un poco sonrojado.

-Sí, bueno, tú tampoco quedas atrás, preciosa.-murmuró mientras la miraba de nuevo, ella rió ante su reacción.

Se inclinó hacia él besando sus labios suavemente. Sebastian atrapó su cintura acercándola hacia él para profundizar el beso, ella acarició sus mejillas ligeramente dándole un sentimiento de cariño.

-Serás un perfecto marido y padre.-dijo ella sobre sus labios.

-Y tú serás una maravillosa esposa y madre. Gracias a Dios eres tú.-dijo Sebastian rozando su nariz con la de su novia.