5.-SÁBADO DE CHICAS (editado)

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Al día siguiente desperté por el sonido de unos vidrios rompiéndose.

Miré hacia los lados con confusión. Me puse de pie y bajé la escalera para ver qué era lo que había pasado.

Estaba tan intrigada que ni siquiera me percaté de que había bajado solo con mi pequeño pijama.

No me había dado cuenta de que el pijama que tenía desde los catorce años fuera tan provocativo. No hasta que Thomas se me quedó mirando de esa manera.

–¿Jules?

Thomas estaba con los ojos muy abiertos y me escaneaba de arriba abajo con un plato roto a los pies.

–Thomas –puse una mueca–. ¿Qué pasó? Ni siquiera son las nueve de la mañana y ya estás haciendo un escándalo –fui a su lado y me agaché a recoger los pedazos de vidrio en el suelo. Thom seguía mirándome.

–¿Puedes dejar de mirarme y ayudar?

Él sonrió arrogante y se agachó a mi altura. Se acercó a mi oído y susurró.

–Jules, te ves jodidamente sexi en ese pijama.

Apreté los labios, lo miré con una ceja arqueada y puse una sonrisa forzada. Tomé un poco de vidrio y le pinché en la mano sin dejar de mirarlo a los ojos.

–¡Auch! ¿Pero qué te pasa? – preguntó sorprendido por mi acción.

–Deberías dejar de mirarme tanto y concentrarte más en los vidrios, primo– Puedes pincharte.

Me levanté y fui a mi habitación. Que limpiara el solo.

Entré al baño y me di una larga ducha. Necesitaba pensar. Thomas se está comportando muy mal y por una parte logra que me ponga furiosa. Yo no soy ninguna de sus putas personales. Para eso puede buscarse a cualquier chica, yo creo que estarían más que encantadas.

***

Cuando dieron las cuatro el claxon del auto de Giselle se escuchó afuera. Bajé corriendo la escalera y me dirigí a la puerta.

–Espere usted, señorita – escuché una voz femenina a mis espaldas–. ¿Adónde crees que vas?

La tía Christine estaba sentada en el sofá leyendo una revista de moda junto a Thom y Kyle, quienes veían un partido de fútbol.

–Uhm, yo voy a salir –dije un poco insegura. Se me había olvidado decirle que iba a salir con las chicas.

La tía Christine dejó la revista a un lado y me miró atenta.

–¿Y se puede saber con quién y para dónde? Y lo más importante, ¿quién te dejó salir? –ella enarcó una de sus delgadas cejas.

La tía Christine me miraba esperando alguna respuesta decente; de algún modo yo igual. Kyle me miraba neutro y Thom, bueno él sonreía por la situación. Supongo que a él su madre nunca le hacía esto.

–Con las chicas, al centro comercial –en ese momento el claxon del auto de Gis se volvió a escuchar. ¡Vaya, pero que impaciente! Me estaba poniendo de los nervios–. Y bueno... creo que se me olvidó avisar.

–Estas bastante nerviosa.¿Seguro que no sales con un chico?

Abrí los ojos como platos ante sus palabras. Esta vez los dos chicos me miraban serios.

Claro que estaba nerviosa, pero esa no era la razón.

–¡No, claro que no! Sólo voy al centro comercial, ¿sí? –elevé ambas cejas y apreté los puños a mis costados.

Solo eres mi primo  (SEMP1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora