XI

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| Amor. |

Despertó sintiendo besos sobre su pecho. Sus ojos se encontraron con los, ahora oscuros, de Peter, quién le estaba observando mientras lamía alrededor de su ombligo.

—¿Qué estás...? —se quedó sin aliento cuando sintió la mano de Peter colarse en sus bóxers.

Peter parecía estar de mejor humor que el día anterior, aunque el cansancio era más que notable en su rostro. Estaba completamente pálido a pesar de que notablemente acaba de despertar.

—Estoy muy caliente —la confesión de Peter hizo que su sangre viajara directamente hacia su pene.
Peter lo notó, por lo que deslizó su bóxer hacia abajo y se encargó de darle atención.

La lengua del menor lamió la punta de su pene al mismo tiempo que él gemía ante el contacto. Una mano del chico subió hasta sus pezones y comenzó a jugar con ellos mientras decidía comenzar a chupar su miembro con devoción.

La calidez de la boca de Peter hizo que casi se corriera cuando apenas acaba de empezar.

La lengua de Peter recorrió su miembro con agilidad. Siguió chupando durante algunos minutos, hasta que él sintió que era suficiente.

Atrajo a Peter hacia él rápidamente y chocó sus labios en un beso. Los labios de Peter sabían salados, tenían su sabor.

—Te ves tan hermoso. —Peter se sonrojo, él no mentía. Le encantaba ver a Peter con el cabello alborotado, las mejillas sonrosadas y los labios rojos.

—Mmm. —Peter gimió cuando él lo envolvió entre sus brazos y lo pegó a él, haciendo que sus erecciones se friccionaran.

Esta vez fue su mano la que bajó a la erección de Peter, bajándole el bóxer. Peter dejó caer el rostro contra su cuello, succionando ahí. Sus manos se deshicieron de la ropa interior de el chico rápidamente y luego comenzó a prepararlo con lentitud haciendo que Peter le rogara por más.

De un momento a otro, Peter estaba sobre su estómago mientras él lo estaba penetrando lenta pero profundamente.

La calidez y la estrechez de Peter hacían que él se volviera loco y que quisiera penetrarlo lo más duro y rápido posible, pero el sentimiento de pasión era hecho a un lado por el de amor, su lado más suave quería hacerle el amor hasta que se corriera unas cuantas veces mientras él lo seguía penetrando con lentitud. Que ambos terminaran cansados y satisfechos.

—Joder, te sientes tan bien —gimió con voz ronca, Peter sólo apretó su estrecho canal alrededor de su pene haciendo que él gimiera más—. Podría follarte o hacerte el amor todo el día.

Esta vez fue Peter quién gimió ante sus palabras, haciéndole saber que la idea no le molestaba en lo absoluto.

—Tony...—Peter prácticamente sollozó su nombre. Él se inclinó hacia adelante y mordió el cuello de Peter con suavidad, para luego succionar en el mismo lugar dejando una marca.

—¿Quieres eso, no? —habló sobre el lóbulo de Peter, antes de morderlo—. Quieres que te haga el amor hasta que ninguno de los dos se pueda mover.

Peter volvió a gemir.

—Sí, sí, sí —la voz de Peter se entrecortó cuando él le toco la próstata con una penetración y lo hizo morder la almohada.

Las manos de Peter tomaron un puñado de sábanas, él estaba más que feliz de que Peter no tuviera vecinos en ese momento.

—Yo también lo quiero —aumentó la profundidad de las embestidas tocando la próstata de Peter en cada una de ellas—. Me encantaría hacerte el amor lentamente... Escuchar cada uno de tus gemidos. Hacerte sollozar de placer.

ѕcarѕ | starkerWhere stories live. Discover now