Capítulo 3: Crisis

6.4K 304 21
                                    

Me había levantado hace 30 minutos y ahora estaba lista para ir al colegio. Tome mi bolso y lo colgué de mi hombro izquierdo, iba saliendo de mi habitación cuando de pronto, escucho un sollozo proviniente de la habitación de mi mamá ¿Qué rayos..?

Me acerqué a la puerta y pegue un oído, sólo escuchaba sollozos y cosas que se estrellaban. Rodé los ojos y me alejé, sólo era una más de sus crisis. Siempre era lo mismo, lloraba, gritaba, destruía y terminaba más ebria que cuando había empezado. Le dan muy seguido, desde que papá la abandonó dejándola sola con dos niños.

Luego de que Baruch se fuera a una "junta de trabajo" fuera de la ciudad que casualmente se llevó acabo en una playa, no regresó. Resulta que se fugó con su secretaria y fue tan cobarde que, después de 2 semanas de desaparecido, le mando por correo a mamá el divorcio. Ella se quedo tanto o más impactada que nosotros, desde luego que ningún hijo espera que su papá se vaya a trabajar y que no regrese porque se enamoró de otra persona que no era tu mamá.

¡Vaya mierda!

Desde luego que mamá trato de procesar todo en un par de días. Ya que había recuperado la cordura, lo llamó y le preguntó que rayos pasaba y el cobarde le respondió que se había cansado de lo mismo y que según, se había enamorado de la preciosa chica que trabajaba para él.

¡Por dios! La zorra era mucho más joven que él. Fácilmente podría ser la hermana mayor de Jackson, y mía por supuesto. La odiaba. Por su culpa, Julia descargaba su odio en mi.

¿Pero porqué en mi? Pues porque yo era la que más se parecía a papá. Tenía sus ojos, su cabello, sus orejas, su sonrisa. Todo. Era prácticamente, una réplica de él, pero femenina, claro. Por eso Julia me odiaba tanto, ¡Ah! Y además porque era gorda.

Volviendo a lo de la puerta. La dejaría allí, si entraba, lo más probable sería que me lanzara con lo primero que se encontrara y me dijera que me largara. No quería eso, así que simplemente me fui tomando camino hacia la institución.

Cuando llegué, vi a mi hermano. Se encontraba conversando con unas chicas y ¡Adivinen quien estaba atrás de él! Bethany y Scott. Y se estaban dando uno de esos besos pegajosos y asquerosos, parecía como si Bethany lo estuviera absorbiendo como una aspiradora. Asco.

Camine rápidamente antes de que me vieran y comenzaran con su sarta de insultos, pero por ir mirando a otra parte no me fijé y choqué con alguien tirando todos los apuntes.

Genial. Era Dave. ¿Es que mi día no puede ir peor?

Rápidamente comencé a recoger todo del suelo y lo eché en mi carpeta. Simplemente no quería cruzar palabra con él, ni con otra persona. Confiaba en que no me recordara, pero esa posibilidad quedo anulada cuando me habló.

- Hola.

Demonios.

Seguí caminando como si nadie me hubiera hablado, pero no sé, la curiosidad me ganó y volteé y ahí estaba él. Siguiéndome.

¡Que rayos! ¿Porqué me sigue?

«Tal vez le gustan las gordas»

Esa voz, ahí seguía en mi cabeza recordándome cuán fea era. Tenía que admitirlo, me sentía mal. Todo lo que me decían, lo que me decía a mi misma. Todo.

Era horrible ser gorda, no podía ponerme bikini, ni ir a una tienda porque me daba vergüenza pedirle a la dependienta "tallas grandes" y a veces no había ropa. Y ni hablar de los chicos - no es que yo quisiera uno - pero, siempre preferían a las más delgadas, con grandes pechos y pequeña cintura. ¡Por Dios! ¿Dónde quedo eso de: las gorditas son las más simpáticas? En serio, ¿Quien quería a una anorexica con grandes pechos si se va a comportar como una perra celosa con tus amigos? No es que diga que todas las delgadas y bonitas sean así, pero cuando menos, las que yo conozco son unas arpías.

En fin... es una vergüenza ser una gorda - cuando menos yo me siento así - cuando me veo en el espejo, ni siquiera soporto sostenerme la mirada por más de cinco segundos. Quisiera ser delgada como las modelos de la T.V pero no puedo. Créanme, he intentado hacer millones de dietas, ejercicio y esa porquería. ¡De todo! Pero nada funciona, no veo resultados y me rindo, además de que voy en un instituto de mierda, donde si no eres delgada, no eres nadie.

¡Y mi mamá! Mi mamá es otra cosa. Como saben, no es una madre normal. Me golpea y me dejo porque en el fondo se que si digo o hago algo me manda a la calle y eso, bueno, eso no es una opción para mi, no ahora.

Volviendo a lo del chico súper guapo que me persigue...

Caminé tan rápido, que creí que otra vez se me iban a caer las cosas. Sí, así de estúpida estoy. Doblé en un pasillo, que afortunadamente me llevaba directo al aula del señor Ross. Me fije en mi reloj y aún quedaban tres minutos así que me apresuré a entrar. Tomé asiento en la última fila, en una esquina y como era la clase de álgebra me puse mis audífonos. No me malinterpreten, yo iba tan bien en esta clase, que el profesor dijo que podía tomarme unas clases libres - claro, dentro del aula - para leer o escribir o lo que sea que haga. Y sí, aunque no me crean, sé álgebra y me gusta.

Me desconecté de todo en el momento en que empezó a sonar Find You de Zedd.

-----------------------

Siento mucho la tardanza, pero la verdad es que no había tenido inspiración para seguir creando. Pero gracias a unos días de descanso que tuve por ahí, mi cabeza comenzó a funcionar de nuevo

Desde luego que gracias por seguirme apoyando con sus votos y comentarios, la verdad que me animan mucho. Y los lectores que andan por ahí y no ponen una estrellita por alguna u otra razón, también les quiero dar las gracias, porque aunque no lo crean, también me animan.

De nuevo, gracias.

Y recuerden que votar y comentar es gratis😉

¡YA NO SERÉ GORDA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora