Entre sábanas manchadas [4/5]

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No está saliendo con Hideyoshi. En serio. Kaneki no sale con chicos.

De hecho sus actividades son las mismas de siempre. Tanto que casi se había vuelto una rutina. Pero, extrañamente, no se había cansado de esa rutina. O de su nueva actividad que se había añadido hace poco, la cual consistía en besarse.

Kaneki no se preocupaba mucho por esa actividad. Le daba más bien un dolor de cabeza.

Se besaron luego del segundo incidente. No demasiado. Pero lo suficiente como para que las alarmas en su cabeza volvieran a hacerlo separarse. Se besaron luego, en la biblioteca, cuando Hideyoshi intentó tomar un libro desde donde no lo podía alcanzar. Kaneki, por supuesto, lo ayudó a levantarlo. Pero como el rubio es un desastre torpe, y ya tenía demasiados libros en sus manos como para tomar otro. Ambos cayeron. No tan fuerte, sobre el suelo. Los libros al rededor suyo, Kaneki aplastando al rubio. Y sus narices casi tocándose. Ojos de chocolate encontrándose con unos oscuros. Kaneki no pudo evitarlo, terminaron besándose. Lo suficientemente largo como para que la bibliotecaria los descubriera, y les diera una advertencia. El menor nunca había estado tan avergonzado en su vida.

Se sintió vivo.

Se besaron en el cine. Fue una película de terror. Y Hideyoshi no podía dejar de reir, las peliculas de terror no tenían ningún efecto en él. Y en realidad, siendo honesto, la pelicula era bastante graciosa por lo mala que era. Pero frustraba a Kaneki porque el rubio estaba riendo muy alto, y las personas se estaban dando cuenta. Lo hizo por desesperación. Besar a Hideyoshi, eso es, eso lo callaría. Nada más. No es su culpa que el beso luego durara por sus buenos cinco minutos, ¿o fue más? No sabe, no es su culpa. Se dijo Kaneki mientras concluía que la película había sido olvidada. Y cinco minutos después se volvieron a besar. Sin tomarle importancia esta vez a la escena que estaban armando con todos los sonidos saliendo de sus bocas ocupadas.

Se sintió emocionado.

Y se tomaron de las manos. Por supuesto, fue un total accidente. Por parte de Hideyoshi. Una nueva feria de atracciones vino a la ciudad. De esas que viajan por todo el país. Hideyoshi había dicho que esas eran de sus favoritas. Además es el cumpleaños de Hideyoshi, casi víspera de año nuevo. Así que por qué no.

Además, no es una cita.

Tenían compañía, los amigos de Hideyoshi. Una banda de lunáticos, siendo honesto. Fue abandonado por unos diez minutos con ese chico Nishio y ese chico Ayato. Están completamente locos. Aun no recobraba del todo su cordura, nada más que decir. Pero definitivamente si eran divertidos. Y en definitiva sí logró reir cuando los otros tuvieron que empujar a Nishio a la montaña rusa. Literalmente empujar.

Así que a Kaneki no le importó, y solo dejó a Hideyoshi disfrutar de su cumpleaños. Estaba todo sonrisas rectangulares, y riendo sin cesar. Y Kaneki se sentía demasiado mareado después de una de esas montañas rusas, comenzando a caminar desequilibrado. Está bien. Porque Hideyoshi lo tomó de la mano para llevarlo a la dirección correcta. Aun sonriendo. Tal vez el rubio no lo notó. Tal vez si lo hizo. Pero sus manos seguían conectadas cuando se encontraron con los otros. Y casi podía sentir sus propias mejillas tornarse de un color rosado. Que vergonzoso. Kaneki quería empujar a Hideyoshi. Decirle que no deberían tomarse de la mano. Que todos los estaban mirando, que los chicos no se toman de la mano.

Quería, debería, pero no lo hizo.

Kaneki aun solo seguía mirando la gran sonrisa de Hideyoshi, mientras hablaba sobre que deberían entrar a la casa embrujada. Un lugar al que Kaneki nunca entraría. Pero de alguna forma sintió que su cabeza asentía, sus manos aún estaban juntas.

Se sintió feliz. La felicidad es rara para Kaneki, y por esta única vez no está seguro de si debería ignorarlo.

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Entre sábanas manchadas ❥ Kanehide.  { Adaptación }Où les histoires vivent. Découvrez maintenant