Capítulo 9 - Preparando el terreno.

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—No deja de sorprenderme, héroe. Logró entender todo rápidamente, pensé que necesitaría explicarlo un poco más.

Levanté mi puño y estaba seguro que una pequeña vena podía verse en mi frente.

—¡Qué no estoy tan wey, chingada madre!

Entiendo que por mi forma de actuar lo parezca, pero no lo estoy. Al menos no tanto...

—Entonces, ¿cuántos héroes a parte de mi hay?

—Serían tres —contestó el güerito.

—Maman —resoplé, mientras me relajaba más en el agua—. Si tienen tanto puto héroe, ¿qué chingados hago aquí?

—Hay una diferencia entre decir "hay" y decir "tenemos". —Volvió a su sonrisa pendeja. —El Caballero del Sol, perteneciente al Reino Okuta; la Beldad Encarnada, del Reino Fero; y la Santa de la Pureza, del Reino Lefika. Esos son los héroes invocados. Me imagino que con el tiempo usted también ganará un sobrenombre.

¿El Caballero del Sol? La Bel… ¿qué?…

Pero qué clase de apodos raritos se cargan. Aunque bueno, viendo los pinches nombres que tienen, que los apodos sean igual de fumados ya no es de sorprenderme.

—Por ahora ignórelos. Aún no es tiempo de revelar su presencia al resto de reinos. Por lo que hablar de ellos es irrelevante en estos momentos. —El güerito se puso de pie. Luego me volteó a ver—. Me gustaría conversar más tiempo con usted, pero tengo algunos asuntos que atender. Fixa y Evit lo llevarán a su habitación una vez esté listo.

Hubo algo que no me cuadró bien de ese comentario de que aún no es tiempo. Mucho pinche misterio. Igual, solo agité mi mano indicándole que continuara su camino. No me molesta compartir un baño tan amplio con otro hombre, pero es muy distinto a querer verle sus joyas.

Poco a poco vi como su silueta se perdió en el humo del vapor.

Decidí estirar mi cuerpo mientras me dejaba caer en el agua. Solo hay una cosa que puedo decir sobre este lugar:

—Está de huevos…

Aunque el agua sacaba vapor, no se sentía tan caliente. Mi cuerpo se sentía más liviano y relajado mientras más me placeaba.

—Veo que el maestro disfruta del baño.

—En mi vida anterior, ni siquiera en las habitaciones de lujo de los moteles a los que llevé a tanta vieja, tenían un baño tan chingón en todo sentido. Deberías trat…

Había volteado para ver y decirle a Filerito que se relajara también. Entonces fue que noté algo peculiar…

Filerito estaba de pie detrás de mí, desnuda. Aunque eso no fue la razón por la que me le quedé mirando. Era su expresión la cual me daba algo de mala espina.

Aunque rápidamente volvió a su tono típico que usa conmigo.

—Parece que el maestro cayó a sus bajos deseos. Mírelas tanto como quiera. —Orgullosa, posó inflando su pecho para que resaltara.

—Como voy a mirar algo que ni siquiera existe.

Al escuchar mi comentario, ella infló uno de sus cachetitos.

—Pendejo —dijo, en un tono bajo que definitivamente escuché—. Me le ofrezco en bandeja de plata y así me trata.

Ella también se dejó ir en el agua. Estaba cura como solo su cabeza sobresalía del agua y hacia pucheros.

Aún no entiendo bien a esta pendeja. Dice tener más de diez mil años, y se sigue comportando como una niña. Pero bueno, recordé a la hermosura. Ella parecía de mi edad, pero su comportamiento distaba mucho de ello, era también como una niña.

Un cholo en otro mundo.Where stories live. Discover now