4. Declaración

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Ser la sombra de Amy había resultado ser una buena estrategia. Había estado pasando mucho tiempo junto a ella y me encantaba, poco a poco iba conociéndola y verla trabajar hacía que la admirara más.

Ella hacía su trabajo con una gran determinación y concentración, para ella no existía nada más que su paciente en momentos de emergencia. Amy sería una gran doctora, no había ninguna duda de eso.

A veces me pedía disculpas por olvidarse completamente de mi presencia pero a mí no me importaba, esos eran los momentos en que podía apreciarla a detalle y al natural. Sin ningún tipo de máscara. Podía ver su esencia.

Cuando me mandó a descansar tuve que rechazar la oferta, no quería apartarme de ella pues era la única forma de pasar el tiempo juntos sin levantar sospechas; así que tuve que hablarle con la verdad:

Quiero quedarme contigo.

Fue lo que dije, noté como esas palabras la tomaron por sorpresa, no sabía si estaba haciendo bien en decirle algo como eso. Tal vez sólo estaba logrando confundirla o quizás ella no se sentía de la misma forma que yo. Era tan difícil descifrar sus expresiones, ni si quiera cuando yo soltaba una que otra indirecta podía notar algo en ella. Sólo el día anterior, antes de que fuéramos interrumpidos por la señora Blair, nos miramos a los ojos y pude sentir una conexión entre ambos. No quería estar alucinando, por esa razón necesitaba arriesgarme un poco más.

No descansaría hasta saber sí Amy se sentía atraída a mí.

Amy hablaba mucho, siempre explicándome cosas, queriendo que captara todos los detalles. Esa noche mientras paseábamos por los pasillos oscuros del hospital ella me estaba hablando de la cita doble que organizó con Erick y Grace. Estaba agradecida con ella por haberle dado un empujón a mi amigo, la enfermera lo traía loco pero no estaba muy seguro de coquetear con Grace, la excusa era que no quería incomodarla. A veces a Erick le hacía falta una buena sacudida para que despertara.

Entonces un ruido, proveniente de alguna de las habitaciones me asustó, haciendo que instantáneamente mi mano fuera a la de Amy. No era un chico miedoso pero la oscuridad no era mi aliada y menos en un hospital. La combinación de ambas cosas era aterrador.

—¿Qué fue eso? —pregunté mirando a mi alrededor. Estaba muy alerta, a pesar de estar asustado yo podría tragarme el miedo y defender a Amy de cualquier amenaza.

—No es nada, las camas de las habitaciones son bastante ruidosas, seguro que un paciente se ha movido mucho.

La miré incrédulo.

—No seas miedoso, no pasa nada. —Apretó mi mano, dándome confianza. Fue entonces cuando fui consciente del contacto de nuestras manos unidas. Se sentía bien así que no la solté.

—Voy a confiar en ti —dije sonriendo, el miedo se reducía a nada sabiendo que ella estaba conmigo.

Continuamos caminando por el pasillo hasta llegar a la recepción, dónde estaba una enfermera dormida. Nos reímos de eso y Amy aseguró que no pasaba nada por dormir un poco, siempre y cuando no hubiera una emergencia.

—Esto es grande, debería de haber un mapa para los visitantes o para los que recién llegan a trabajar aquí.

—Eso le quitaría lo interesante, todos pasamos por lo mismo. —Se rio entre dientes—. Debes de perderte por lo menos una vez, es la mejor forma para conocer el hospital.

—¿Te perdiste tú?

—Muchas veces y sí, lo admito, me moría de miedo. —Volvió a reír.

Ahora entendía porque se había convertido en una chica valiente, nada podía asustarla después de perderse tantas veces en ese lugar.

—Es que... —Suspiré, no quería decirlo pero creo que podía confiar en ella—. Te juro que no dejo de pensar que en cualquier momento va aparecer una niña a mitad del pasillo, cargando el suero, pálida y con ojeras, diciéndome "ayúdame". —Hice una voz macabra, lo que causó que Amy se riera. Era mi trauma de la infancia, por esa razón no me gustaban mucho los hospitales.

Little Bit of Alex [Escenas Extras de LBOM, LBOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora